Tener una vida sexual plena y satisfactoria es muy importante. Compartir placer e intimidad con otra persona forma parte de la naturaleza del ser humano. Sin embargo, muchos de nosotros cometemos errores en la cama (y no, no nos referimos a usar técnicas o posturas equivocadas). La sexualidad va mucho más allá y en esta galería vamos a hacer un repaso de todas las cosas que solemos hacer mal sin tan siquiera darnos cuenta. ¡Sigue leyendo para ver si te sientes identificado!
Si alguien te preguntase qué significa para ti tener relaciones, ¿qué responderías? Muchos de nosotros tenemos una idea muy limitada del sexo (como considerar que la penetración es lo más de lo más, por ejemplo).
Ciertamente, existen muchas formas de tener relaciones, pero en lugar de centrarte en el resultado, intenta disfrutar del proceso y ampliar tus horizontes (bailes sensuales, mensajes sugerentes, etc.).
Con esto no nos referimos a que le seas infiel a tu pareja o a que abráis la relación, ¡sino a que te des cariño a ti mismo!
Mucha gente no conoce bien su cuerpo, por lo que no sabe qué le gusta ni cómo le gusta. Experimentar contigo mismo te ayudará a explorar tu sexualidad, lo que se traducirá en una vida íntima mucho más satisfactoria con tu pareja.
¿Esperas pasar de 0 a 100? ¿Crees que la clave está en tener una erección o en lubricar al instante? Eso no siempre funciona y, de hecho, puede llevarnos a pensar que estamos haciendo algo mal o incluso a culpar a la otra persona.
La excitación requiere tiempo, incluso cuando no lo parece. Si la cosa se pone caliente rápido, puede que sea porque ya os teníais ganas de antes.
En circunstancias normales, darte prisa puede generar ansiedad y, por lo tanto, sequedad o disfunción eréctil. Pisa el freno y líbrate de la presión y las expectativas. Tomaos el tiempo que necesitéis hasta que estéis en sintonía.
Esto puede sonar extraño. ¿Por qué ibas a acostarte con tu pareja si no te apetece? Puede que te sorprenda saber que el deseo no funciona así (sobre todo en las relaciones de mucho tiempo).
De la misma forma que los artistas no esperan a estar inspirados para ponerse a pintar o escribir, no deberías esperar a estar a cien para tener relaciones. La excitación requiere un esfuerzo consciente, sobre todo cuando llevas muchos años con la misma persona.
La clave está en mantenerte abierto a la idea de querer tener relaciones independientemente de la libido que tengas. Ojo, con esto no estamos queriendo decir que debas tener sexo contra tu voluntad. Simplemente se trata de convertirlo en un aspecto principal de tu vida y de entender que a veces la acción precede a la excitación. Intenta ponerlo en práctica y verás como la mayoría de las veces lo acabas disfrutando.
¿Te centras demasiado en tus técnicas y movimientos? Este es un error que mucha gente suele cometer en la cama. La intimidad es algo impulsivo, auténtico y espontáneo, no algo coreografiado.
Si quieres tener una experiencia profunda, suelta un poco las riendas. Sé vulnerable y céntrate en el presente. Déjate llevar y no te juzgues: simplemente enfócate en lo que a ambos os gusta y no en lo que crees que os debería gustar.
Con esto no nos referimos a hacer ruidos exagerados, sino a expresar qué es lo que quieres y lo que te gusta. Esto no solo le pondrá las cosas más fáciles a tu pareja, sino que también resultará mucho más excitante que estar todo el rato callado.
Esto depende de la persona, pero muchos asumimos que decir cosas provocativas en la cama equivale a ser ofensivo cuando en realidad no tiene por qué ser así. Se trata de ser explícito sobre lo que te gusta sin tapujos. ¡No hace falta decir palabrotas para expresar deseo!
Por muy cómoda que sea la cama, si tienes fotos de la familia en la mesita de noche, puede que te acabes sintiendo incómodo. ¡Asegúrate de crear un ambiente sugerente!
Esto suele ocurrir en las relaciones de mucho tiempo, ya que la rutina tiende a interponerse en el camino de la espontaneidad. ¿Cómo le expresas a tu pareja que te apetece tener relaciones con ella?
¿Empiezas a tocarle y besarle de forma extraña? ¿Le haces saber cuáles son tus intenciones? ¿O esperas a que tu pareja te lea la mente y te ofendes cuando no entiende qué es lo que quieres? Todas estas cosas están condicionadas por la conformidad y las expectativas, por lo que puede ser que tengan el efecto contrario al deseado.
Este es un error muy habitual, ya que muchas personas no hablan sobre el tema en absoluto. Puede que en algunos momentos de la relación surja de forma natural, pero a medida que pasa el tiempo, es importante que habléis de qué os gusta para que ninguno de los dos sienta la presión de ceder ante el otro.
Irónicamente, ponerte presión para llegar al orgasmo puede ser lo que te impida alcanzarlo.
Y aunque lo hagas, no significa que tu pareja vaya a llegar a la vez que tú (o que tan siquiera lo alcance). ¡Es completamente normal! No os pongáis un objetivo y centraos en disfrutar de la experiencia sin expectativas.
El sexo puede ser extraño. El pelo se enreda, hacemos ruidos que normalmente no haríamos, las posturas pueden ser incómodas... ¡Pero lo importante es pasárselo bien!
De hecho, la diversión es esencial. Probad nuevas posturas, juguetes, etc. Mostraos curiosos y abiertos a innovar. Si os lo tomáis demasiado en serio, lo echaréis todo por tierra.
Con esto no estamos queriendo decir que no debas tener en cuenta los deseos y necesidades de tu pareja, sino que te exiges demasiado por querer impresionar.
¿Te pasas todo el rato pensando en si lo estás haciendo bien, en si eres lo suficientemente atractivo o en si estás haciendo ruidos raros?
Preocuparte por estas cosas os hace un muy flaco favor a ambos. Al fin y al cabo, nada es más excitante que ser uno mismo y disfrutar de dar y recibir placer solo porque sí.
No estamos hablando de tener relaciones fuera del cuarto, sino de flirtear. Envíale un mensaje picante a tu pareja de la nada o acaríciale sin que se lo espere. Se trata de incorporar el sexo a la vida diaria y a hacerla más interesante.
Muchas parejas tienen citas que consisten en salir a cenar y a beber unas copas. Eso está muy bien, ¿pero cuántas veces volvéis a casa y solo queréis dormir? ¡La clave está en tener sexo antes de salir! ¡Os garantizamos que luego disfrutaréis mucho más de la velada!
El sexo es una experiencia física, pero se compone de muchos otros aspectos. Es una forma de conectar íntimamente con una persona a diferentes niveles. Si solo tienes relaciones con tu pareja por el puro placer físico puede que te lo pases bien, pero te perderás el factor emocional, mental y espiritual.
¿Haces que el placer de la otra persona gire en torno a ti? Una cosa es querer satisfacerla y otra muy diferente convertir el sexo en una tarea superficial en lugar de en un momento íntimo.
Fuentes: (Practical Intimacy) (Woman's Day)
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