La agorafobia es el miedo a los lugares concurridos, al transporte público, a los espacios abiertos o cerrados y al salir de casa, lo que da pie a conductas evitativas.
Alguien con agorafobia que esté en una situación estresante puede experimentar síntomas propios de un ataque de pánico, tales como pulsaciones elevadas, respiración agitada, calor, sudoración y náuseas.
La agorafobia es una condición compleja con un amplio rango de posibles desencadenantes, tales como experiencias traumáticas, trastornos de ansiedad previos, entornos desconocidos y miedo a pasar vergüenza.
La agorafobia suele coexistir con otras enfermedades mentales tales como el trastorno de pánico, la depresión y el trastorno de ansiedad generalizada.
La agorafobia puede afectar gravemente a la vida diaria de quienes la padecen, ya que les condiciona a la hora de trabajar, socializar y desempeñar actividades cotidianas.
El diagnóstico corre a cargo de los especialistas en salud mental y suele requerir un profundo análisis de los síntomas y sus repercusiones.
Se calcula que la agorafobia afecta a alrededor del 2% de la población mundial.
Las razones exactas por las que se desarrolla agorafobia siguen sin estar del todo claras, pero el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (también conocido como DSM-5 por sus siglas en inglés) enumera tres tipos de factores de riesgo: ambiental, genético y temperamental.
Las investigaciones demuestran que las mujeres son entre 1,5 y 3 veces más propensas a desarrollarla que los hombres.
La agorafobia se puede desarrollar a cualquier edad, pero los síntomas suelen empezar a manifestarse a finales de la adolescencia o a principios de la adultez, normalmente por debajo de los 35 años.
La terapia cognitivo-conductual es un tratamiento psicológico que puede ayudar a alterar patrones de conducta y pensamiento con el fin de tratar la agorafobia.
La terapia de exposición implica ir haciendo frente a los miedos de manera gradual hasta que la ansiedad disminuye. Los objetivos empiezan siendo pequeños y van yendo a más con el tiempo a medida que la confianza del paciente aumenta.
También cabe la posibilidad de recetar medicamentos tales como los antidepresivos para ayudar a gestionar los síntomas. Sin embargo, estos suelen surtir más efecto si se combinan con la atención psicológica.
Respirar hondo y otras técnicas de relajación similares pueden ayudar a gestionar los síntomas de ansiedad en situaciones estresantes.
La relajación muscular progresiva implica tensionar un grupo muscular de cada vez para después relajarlo. Esta práctica ayuda a reducir los niveles de tensión y estrés en general.
La meditación y la conciencia plena pueden ayudar a quienes padecen agorafobia a centrarse en el presente cuando empiezan a experimentar síntomas de pánico o ansiedad.
Estar con amigos y familiares comprensivos puede mejorar el humor y la salud mental, así como ayudar a combatir la soledad y el aislamiento.
Establecer objetivos pequeños y asequibles puede ayudar a ir ganando confianza y a reducir el miedo a exponerse a nuevos entornos y situaciones.
La agorafobia puede manifestarse de manera diferente según cada persona, por lo que es importante informarse al respecto. Esto también ayuda a combatir el estigma, a comprender mejor el trastorno y a disipar los mitos y malentendidos que giran en torno a él.
Hacer deporte con frecuencia puede reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo, lo que a su vez ayuda a gestionar los síntomas de la agorafobia.
Sé amable contigo mismo y evita la autocrítica para así ayudarte a gestionar mejor los efectos emocionales del trastorno.
Si tienes agorafobia, ponte en contacto con un psicólogo u orientador especializado en trastornos de ansiedad.
A algunas personas con agorafobia les funciona crear espacios seguros y tranquilos en casa en los que poder refugiarse en los momentos de mayor ansiedad para poder gestionar los síntomas.
Escribir acerca de tus experiencias y hacer un seguimiento de los síntomas puede ayudarte a lidiar mejor con la agorafobia.
Aunque las sustancias como las drogas y el alcohol puede ofrecer un alivio temporal, a la larga pueden empeorar los síntomas. También harías bien en evitar las bebidas con cafeína, ya que se trata de un estimulante que puede aumentar la ansiedad.
La agorafobia puede hacer que quienes la sufren se aíslen y se alejen de sus seres queridos, por lo que mantener la comunicación, ya sea por mensajes o videollamadas, puede paliar la sensación de soledad.
El método "5, 4, 3, 2, 1" es una técnica pensada para ayudar a gestionar el estrés agudo y reducir la ansiedad. Identifica cinco cosas que puedes ver, cuatro que puedes tocar, tres que puedes oír, dos que puedes oler y una que puedes saborear.
Las aplicaciones y los recursos digitales centrados en la gestión de la ansiedad (como los grupos de apoyo) pueden ayudarte y orientarte.
Si sufres agorafobia, traza un plan con las pautas que debes seguir para abordar ciertas situaciones cuando surjan. Este deberá incluir detalles como realizar técnicas de respiración o usar tapones para los oídos en lugares públicos para evitar la sobrestimulación, por ejemplo.
Superar la agorafobia es un proceso gradual que requiere tiempo y paciencia. Aunque el progreso no sea ni rápido ni lineal, sí es posible con apoyo y dedicación.
Fuentes: (NHS) (Verywell Mind) (Cleveland Clinic)
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La agorafobia es un trastorno ansioso caracterizado por un miedo intenso a los lugares o situaciones de los que puede ser difícil escapar o en los que puede costar pedir ayuda. Este temor puede dar pie a conductas evitativas y hacer que salir de casa o llevar a cabo actividades cotidianas sea prácticamente imposible. Aunque los síntomas pueden ser angustiosos, existen varios tratamientos que pueden ayudar a paliar sus efectos negativos. Si quieres saber más sobre la agorafobia, ¡haz clic para seguir leyendo!
¿Qué es la agorafobia? ¿Cómo lidiar con ella?
Te contamos cuáles son sus causas, síntomas y cómo se puede gestionar
SALUD Salud mental
La agorafobia es un trastorno ansioso caracterizado por un miedo intenso a los lugares o situaciones de los que puede ser difícil escapar o en los que puede costar pedir ayuda. Este temor puede dar pie a conductas evitativas y hacer que salir de casa o llevar a cabo actividades cotidianas sea prácticamente imposible. Aunque los síntomas pueden ser angustiosos, existen varios tratamientos que pueden ayudar a paliar sus efectos negativos. Si quieres saber más sobre la agorafobia, ¡haz clic para seguir leyendo!