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Por qué el civismo es importante -

Comportarse de manera cívica implica tener consideración por quienes nos rodean y tratarles con educación. Esto, como te podrás imaginar, tiene muchos beneficios.

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Fomenta la empatía -

Practicar el civismo nos ayuda a ser más empáticos.

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Nos ayuda a disociarnos de las emociones negativas -

También nos ayuda a ver las situaciones con mayor objetividad, ya que nos permite distanciarnos de las emociones negativas.

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Nos hace personas más amables -

Al ser más cívicos, seremos mucho más amables con los demás.

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Nos convierte en personas justas y lógicas -

Ser cívico puede contribuir a la lógica y la justicia. También evita que perdamos los papeles.

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Nos hace más optimistas -

En última instancia, ser cívico con los demás nos hace más optimistas y nos ayuda a sentirnos mejor respecto a las situaciones externas.

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Cómo promoverlo -

¿Cómo se puede promover el civismo en el día a día? Existen muchas formas de hacerlo.

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Prestando atención -

Ser observador y considerado ayuda a que los demás se sientan valorados.

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Siendo inclusivos -

Nadie quiere quedarse fuera. Si ves que has excluido a alguien sin darte cuenta, reconoce tu error y pídele disculpas.

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Reconociendo el valor de los demás -

Dedícale tiempo a reconocer activamente el valor de los demás. Por ejemplo, si un miembro de tu equipo ha hecho bien su trabajo, felicítalo.

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Respetando las respuestas negativas -

Una de las reglas más básicas del respeto es respetar los noes de los otros, incluso los más sutiles.

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Respetando el tiempo de los demás -

Sé consciente de cómo gestionas tu tiempo, ya que puede afectar a los demás. Asimismo, no caigas en la trampa de creer que tu tiempo es más valioso que el suyo.

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Tratando a los demás como querríamos que nos tratasen -

La regla de oro: compórtate como te gustaría que los demás se comportasen.

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Siendo conscientes de nuestro silencio -

No te quedes callado ante las injusticias, pero ten cuidado con cuándo y dónde das tu opinión.

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Entendiendo que los desacuerdos son algo normal -

Asume que nunca estarás de acuerdo con todos y que no por ello debes renunciar a tus valores (ni los demás a los suyos).

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Evitando pagar el mal humor con los otros -

Si estás estresado o de mal humor, no lo pagues con los demás. Encuentra algún mecanismo de gestión o ve al psicólogo si necesitas ayuda.

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Escuchando a los demás -

Céntrate en lo que la otra persona está diciendo y sé considerado con sus ideas.

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Entendiendo que el conflicto no siempre es algo malo -

El conflicto puede ser sano si se expresa como es debido. Asegúrate de que las discusiones giren en torno a ideas o comportamientos, no personas.

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Cuidando el tono de voz -

Ten en cuenta que el tono con el que hablas dice mucho y puede influir en la percepción que los demás tienen de ti.

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Fiándonos de los hechos y no dando las cosas por sentado -

Asegúrate de informarte antes de sacar conclusiones, ya que de lo contrario podrías hacer mucho daño.

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Reconociendo que a veces nos equivocamos -

Recuerda que no siempre vas a tener razón y que los demás a veces también están en lo cierto.

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Descubriendo la cultura y los orígenes de los demás -

Dedícale tiempo a familiarizarte con personas de un origen diferente al tuyo. Esto te hará más amplio de miras y te permitirá mejorar tus capacidades interpersonales.

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Siendo conscientes de que no todos pensamos igual -

Sean cuales sean tus valores, alguien tendrá justo los contrarios. Ten esto en cuenta para evitar que las conversaciones se vayan de mano.

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Teniendo conversaciones difíciles en persona -

Evita tener conversaciones delicadas por correo o mensajes de texto. Lo ideal es hablar en persona o, como mucho, por teléfono.

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Reconociendo las contribuciones de los otros -

Reconoce la labor de los demás, ya sea en casa o en el trabajo. Mostrarte agradecido por la ayuda de los otros es una gran forma de practicar el civismo.

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Tratando a los demás con amabilidad -

La amabilidad tiene un efecto dominó que pasa de una persona a otra. Trata a los demás con respeto independientemente del contexto.

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Entendiendo qué es lo que nos enfada -

Saber qué es lo que te saca de tus casillas te permite gestionar tus reacciones y responder de manera adecuada.

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Recordando decir siempre "por favor" y "gracias" -

Los modales y la cortesía fomentan el respeto y la confianza. Al decir "por favor" y "gracias", hacemos saber a los demás que apreciamos el tiempo y el esfuerzo que nos dedican.

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Teniendo en cuenta el poder de una sonrisa -

Una sonrisa es una de las formas de comunicación más internacionales que existen. Aunque no hables el idioma de una persona, lo más probable es que esta sí entienda tu lenguaje corporal.

Fuentes: (University of Tennessee) (University of Missouri System)

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