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Vida útil reducida
- Muchos productos, entre los que se incluyen la ropa, los celulares y las computadoras, se estropean antes de lo previsto. Como sociedad tenemos el deber de preguntarnos qué ocurre y si podemos escapar de la rueda consumista en la que estamos atrapados (y que cada vez gira más rápido).
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El diseño
- Los fabricantes se suelen centrar en tres aspectos principales a la hora de crear un producto: funcionalidad, apariencia y facilidad de fabricación. Se supone que deberían estar equilibrados, pero esto es algo que ha ido cambiando con el tiempo.
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Fabricación textil
- La ropa es un claro ejemplo de este cambio. Hubo un tiempo en el que la gente pagaba por prendas a medida, mientras que ahora la producción en masa y las compras online han pasado a ser la norma. Esto ha hecho que la calidad y la durabilidad pasen a un segundo plano en favor de la comodidad y la accesibilidad.
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Frecuencia de las compras
- Al tener acceso a internet, las personas compran con más regularidad. Este consumo frecuente no solo refleja un cambio en los hábitos de los usuarios sino también en sus expectativas en lo relativo a la calidad y la vida útil de los productos que adquieren.
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Ingeniería del consumidor
- El publicista estadounidense Earnest Elmo Calkins acuñó el término "ingeniería del consumidor" en la década de 1930 y, con él, la idea de que los productos deberían pasar rápido de moda para así animar a las personas a comprar con frecuencia.
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Obsolescencia programada
- Lo que Calkins hizo fue allanar el camino hacia aquello que ahora llamamos "obsolescencia programada", es decir, un diseño deliberado de los productos que garantiza que estos se estropeen al poco tiempo.
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El lado psicológico
- Además de estropearse físicamente, muchos productos también se sustituyen debido a las modas. El atractivo de la novedad es lo que nos impulsa constantemente a comprar. Se trata de un comportamiento que se ha ido cultivando durante décadas, sobre todo en la industria de la moda.
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Modas cíclicas
- Las modas actuales cambian con rapidez y suelen ir dirigidas a un público muy concreto. Un ejemplo de ello son las Hydro Flasks, rebautizadas ahora como "Stanley cups" para apelar a nuevos consumidores.
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Ropa
- Una encuesta reveló que casi la mitad de los consumidores estadounidenses compran ropa todos los meses. Asimismo, un informe de las Naciones Unidas desveló que el consumo textil medio había aumentado en un 60% en el transcurso del año 2000 al 2014 a pesar de que cada prenda se conserva la mitad que antes.
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Asequibilidad
- El deseo de ahorro de los consumidores ha hecho que la demanda de productos baratos aumente. Esto hace que los fabricantes reduzcan los costes de producción, recurriendo a materiales de menor calidad y acortando el proceso de fabricación.
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10 / 30 Fotos
Rapidez
- Para seguirle el ritmo a la demanda, las empresas utilizan materiales más baratos o simplifican el diseño de sus productos. Esto se suele traducir en el uso de materiales sintéticos en vez de naturales o de patrones menos duraderos.
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11 / 30 Fotos
La ilusión de la estabilidad de precios
- Aunque los precios de muchos productos no han subido demasiado, la inflación sí lo ha hecho. Para que un producto siga siendo asequible, a veces algo tiene que cambiar. La calidad de los materiales o los estándares de producción son los primeros en hacerlo, lo que se traduce en una menor durabilidad de los productos.
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Electrodomésticos y dispositivos tecnológicos - El problema no se limita únicamente a la ropa, sino que también se aplica a los electrodomésticos como las lavadoras y secadoras. Muchos consumidores tienen la sensación de que en la actualidad no duran tanto como antes.
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Cambios tecnológicos
- En los albores de la tecnología personal, cada nuevo dispositivo traía consigo un avance considerable, por lo que tenía sentido ir sustituyéndolos. Sin embargo, aunque estos avances ya no son tan notables, el ciclo de sustitución sigue estando muy presente.
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14 / 30 Fotos
Derecho a reparar
- Los fabricantes se lo ponen muy difícil a los consumidores a la hora de reparar o hacer un mantenimiento de las partes o piezas de los productos, ya que los diseñan para que no sean fáciles de entender.
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15 / 30 Fotos
Dependencia
- Los dispositivos actuales contienen una tecnología compleja a base de chips y placas de circuito que son difíciles de reparar. Algunas empresas incluso restringen el acceso a piezas y herramientas esenciales para que los consumidores dependan completamente de ellas.
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Sustituir en vez de reparar
- Muchos productos modernos también se crean con la idea de que no se puedan reparar. En vez de metal y tornillos, los fabricantes ahora utilizan plástico y pegamento, lo que hace que sus dispositivos se rompan con mayor facilidad y que sean más difíciles de reparar.
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Reparaciones limitadas
- Dado que los objetos cotidianos cada vez tienen componentes electrónicos más complejos, cuesta más arreglarlos sin herramientas especiales. Esta tendencia ha aumentado exponencialmente el desperdicio electrónico y la dependencia de los fabricantes.
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El coste oculto
- Además de la contaminación, la falta de opciones de reparación implica que los consumidores se ven obligados a sustituir sus dispositivos electrónicos con mayor frecuencia, lo que hace que gasten más dinero a la larga.
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Repair Association
- Los defensores como Repair Association buscan devolver a los consumidores el derecho a reparar los productos. Esto incluye permitirles un acceso fácil a las piezas, herramientas e instrucciones de arreglo.
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Esperanza
- A pesar de los desafíos, los consumidores tienen mucho más control del que creen. Las personas pueden empezar a hacer cambios simplemente anteponiendo la calidad y la longevidad a las tendencias pasajeras y los objetos desechables.
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Defensa
- En 2022, Nueva York aprobó la primera ley de derecho a la reparación, la cual permite a los consumidores acceder más fácilmente a las piezas e instrucciones de arreglo.
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Menor dependencia
- Los consumidores también pueden sortear el ciclo de consumo evitando la moda rápida y las microtendencias. Al comprar con cuidado y propósito, pueden alargar la vida útil de sus posesiones y reducir el desperdicio medioambiental.
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23 / 30 Fotos
Mantenimiento
- Aprender a cuidar de los objetos (p. ej. siguiendo las instrucciones de cuidado de las prendas) ayuda a alargar su vida útil y previene el desgaste. Adoptar una mentalidad sostenible puede reducir las sustituciones y romper el ciclo de consumo y desperdicio.
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24 / 30 Fotos
Selectividad
- La abundancia de productos baratos y desechables obliga a los consumidores a ser más selectivos. Al anteponer la calidad a la cantidad, pueden fomentar hábitos más sostenibles y exigir productos más duraderos.
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25 / 30 Fotos
Paso a paso
- Ajustar los hábitos de consumo no significa hacer cambios drásticos. Ir dando pequeños pasos (p. ej. analizar las necesidades antes de comprar) puede ayudar a reorientar las prioridades hacia la calidad y reducir la dependencia de los productos baratos y desechables.
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26 / 30 Fotos
Tejidos
- Uno de los aspectos más importantes de comprar ropa es ser consciente de los materiales con los que se fabrica. Si en la etiqueta no aparece esta información, preocúpate.
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27 / 30 Fotos
Sentimentalismo
- Reparar objetos y pasarlos de generación en generación puede hacer que las personas les cojan cariño. De esa manera, el valor sentimental se antepondrá a cualquier producto barato comprado por capricho.
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28 / 30 Fotos
Futuras posibilidades
- El límite de los consumidores es su propio afán de consumo. En última instancia, los productos deberían hacerse para la gente y no para los fabricantes, por lo que los consumidores deben tener claro qué es lo que quieren y necesitan. Fuentes: (Vox) (MIT Libraries) (United Nations Environment Programme) (The Repair Association) No te pierdas: Errores estilísticos que te ponen años encima
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Vida útil reducida
- Muchos productos, entre los que se incluyen la ropa, los celulares y las computadoras, se estropean antes de lo previsto. Como sociedad tenemos el deber de preguntarnos qué ocurre y si podemos escapar de la rueda consumista en la que estamos atrapados (y que cada vez gira más rápido).
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El diseño
- Los fabricantes se suelen centrar en tres aspectos principales a la hora de crear un producto: funcionalidad, apariencia y facilidad de fabricación. Se supone que deberían estar equilibrados, pero esto es algo que ha ido cambiando con el tiempo.
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Fabricación textil
- La ropa es un claro ejemplo de este cambio. Hubo un tiempo en el que la gente pagaba por prendas a medida, mientras que ahora la producción en masa y las compras online han pasado a ser la norma. Esto ha hecho que la calidad y la durabilidad pasen a un segundo plano en favor de la comodidad y la accesibilidad.
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Frecuencia de las compras
- Al tener acceso a internet, las personas compran con más regularidad. Este consumo frecuente no solo refleja un cambio en los hábitos de los usuarios sino también en sus expectativas en lo relativo a la calidad y la vida útil de los productos que adquieren.
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Ingeniería del consumidor
- El publicista estadounidense Earnest Elmo Calkins acuñó el término "ingeniería del consumidor" en la década de 1930 y, con él, la idea de que los productos deberían pasar rápido de moda para así animar a las personas a comprar con frecuencia.
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Obsolescencia programada
- Lo que Calkins hizo fue allanar el camino hacia aquello que ahora llamamos "obsolescencia programada", es decir, un diseño deliberado de los productos que garantiza que estos se estropeen al poco tiempo.
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El lado psicológico
- Además de estropearse físicamente, muchos productos también se sustituyen debido a las modas. El atractivo de la novedad es lo que nos impulsa constantemente a comprar. Se trata de un comportamiento que se ha ido cultivando durante décadas, sobre todo en la industria de la moda.
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Modas cíclicas
- Las modas actuales cambian con rapidez y suelen ir dirigidas a un público muy concreto. Un ejemplo de ello son las Hydro Flasks, rebautizadas ahora como "Stanley cups" para apelar a nuevos consumidores.
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8 / 30 Fotos
Ropa
- Una encuesta reveló que casi la mitad de los consumidores estadounidenses compran ropa todos los meses. Asimismo, un informe de las Naciones Unidas desveló que el consumo textil medio había aumentado en un 60% en el transcurso del año 2000 al 2014 a pesar de que cada prenda se conserva la mitad que antes.
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Asequibilidad
- El deseo de ahorro de los consumidores ha hecho que la demanda de productos baratos aumente. Esto hace que los fabricantes reduzcan los costes de producción, recurriendo a materiales de menor calidad y acortando el proceso de fabricación.
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Rapidez
- Para seguirle el ritmo a la demanda, las empresas utilizan materiales más baratos o simplifican el diseño de sus productos. Esto se suele traducir en el uso de materiales sintéticos en vez de naturales o de patrones menos duraderos.
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La ilusión de la estabilidad de precios
- Aunque los precios de muchos productos no han subido demasiado, la inflación sí lo ha hecho. Para que un producto siga siendo asequible, a veces algo tiene que cambiar. La calidad de los materiales o los estándares de producción son los primeros en hacerlo, lo que se traduce en una menor durabilidad de los productos.
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Electrodomésticos y dispositivos tecnológicos - El problema no se limita únicamente a la ropa, sino que también se aplica a los electrodomésticos como las lavadoras y secadoras. Muchos consumidores tienen la sensación de que en la actualidad no duran tanto como antes.
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Cambios tecnológicos
- En los albores de la tecnología personal, cada nuevo dispositivo traía consigo un avance considerable, por lo que tenía sentido ir sustituyéndolos. Sin embargo, aunque estos avances ya no son tan notables, el ciclo de sustitución sigue estando muy presente.
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14 / 30 Fotos
Derecho a reparar
- Los fabricantes se lo ponen muy difícil a los consumidores a la hora de reparar o hacer un mantenimiento de las partes o piezas de los productos, ya que los diseñan para que no sean fáciles de entender.
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15 / 30 Fotos
Dependencia
- Los dispositivos actuales contienen una tecnología compleja a base de chips y placas de circuito que son difíciles de reparar. Algunas empresas incluso restringen el acceso a piezas y herramientas esenciales para que los consumidores dependan completamente de ellas.
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Sustituir en vez de reparar
- Muchos productos modernos también se crean con la idea de que no se puedan reparar. En vez de metal y tornillos, los fabricantes ahora utilizan plástico y pegamento, lo que hace que sus dispositivos se rompan con mayor facilidad y que sean más difíciles de reparar.
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Reparaciones limitadas
- Dado que los objetos cotidianos cada vez tienen componentes electrónicos más complejos, cuesta más arreglarlos sin herramientas especiales. Esta tendencia ha aumentado exponencialmente el desperdicio electrónico y la dependencia de los fabricantes.
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18 / 30 Fotos
El coste oculto
- Además de la contaminación, la falta de opciones de reparación implica que los consumidores se ven obligados a sustituir sus dispositivos electrónicos con mayor frecuencia, lo que hace que gasten más dinero a la larga.
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Repair Association
- Los defensores como Repair Association buscan devolver a los consumidores el derecho a reparar los productos. Esto incluye permitirles un acceso fácil a las piezas, herramientas e instrucciones de arreglo.
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Esperanza
- A pesar de los desafíos, los consumidores tienen mucho más control del que creen. Las personas pueden empezar a hacer cambios simplemente anteponiendo la calidad y la longevidad a las tendencias pasajeras y los objetos desechables.
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Defensa
- En 2022, Nueva York aprobó la primera ley de derecho a la reparación, la cual permite a los consumidores acceder más fácilmente a las piezas e instrucciones de arreglo.
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Menor dependencia
- Los consumidores también pueden sortear el ciclo de consumo evitando la moda rápida y las microtendencias. Al comprar con cuidado y propósito, pueden alargar la vida útil de sus posesiones y reducir el desperdicio medioambiental.
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Mantenimiento
- Aprender a cuidar de los objetos (p. ej. siguiendo las instrucciones de cuidado de las prendas) ayuda a alargar su vida útil y previene el desgaste. Adoptar una mentalidad sostenible puede reducir las sustituciones y romper el ciclo de consumo y desperdicio.
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24 / 30 Fotos
Selectividad
- La abundancia de productos baratos y desechables obliga a los consumidores a ser más selectivos. Al anteponer la calidad a la cantidad, pueden fomentar hábitos más sostenibles y exigir productos más duraderos.
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Paso a paso
- Ajustar los hábitos de consumo no significa hacer cambios drásticos. Ir dando pequeños pasos (p. ej. analizar las necesidades antes de comprar) puede ayudar a reorientar las prioridades hacia la calidad y reducir la dependencia de los productos baratos y desechables.
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Tejidos
- Uno de los aspectos más importantes de comprar ropa es ser consciente de los materiales con los que se fabrica. Si en la etiqueta no aparece esta información, preocúpate.
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Sentimentalismo
- Reparar objetos y pasarlos de generación en generación puede hacer que las personas les cojan cariño. De esa manera, el valor sentimental se antepondrá a cualquier producto barato comprado por capricho.
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Futuras posibilidades
- El límite de los consumidores es su propio afán de consumo. En última instancia, los productos deberían hacerse para la gente y no para los fabricantes, por lo que los consumidores deben tener claro qué es lo que quieren y necesitan. Fuentes: (Vox) (MIT Libraries) (United Nations Environment Programme) (The Repair Association) No te pierdas: Errores estilísticos que te ponen años encima
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Cómo ha cambiado la calidad de los productos en las últimas décadas
Desde la ropa hasta la tecnología
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A la hora de comprar, muchos consumidores se encuentran con el mismo problema: adquieren un producto (ropa, dispositivos electrónicos, etc.) y este se estropea en un abrir y cerrar de ojos. Los vaqueros se rompen, las lavadoras fallan al cabo de unos pocos años e incluso los celulares parecen diseñados para quedar obsoletos. Pues no son imaginaciones tuyas: bajo el atractivo de la moda rápida y la innovación tecnológica se esconde un ciclo de conveniencia, desperdicio y, a menudo, bienes irreparables. Se nos anima a sustituir en vez de a arreglar y a aspirar a la novedad en vez de a la durabilidad. Si quieres saber más al respecto, ¡haz clic para seguir leyendo!
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