¿Por qué estamos programados para estresarnos según nos despertamos?
Dormir es extremadamente importante para nuestra salud y para la de nuestros hijos. No obstante, algunos niños tienen dificultades para quedarse dormidos y esta situación puede llegar a provocar desórdenes de todo tipo en la vida familiar: sueño durante todo el día, noches agitadas, malestar en los niños, bajada de rendimiento en nuestros empleos, etc.
¿Qué hacer para que los más pequeños puedan dormir a la hora correcta y regular las horas de sueño en casa? ¡Haz clic para descubrirlo!
Debes averiguar si tus hijos tienen dificultades para dormir y si se suelen despertar durante la noche. Además, debes estar al corriente de si algo les molesta a la hora de ir a la cama.
Es vital que tus pequeños aprendan a irse a la cama por sí solos, sin tu asistencia. Para ello, debes guiarles en el proceso de crear sus propias rutinas de sueño.
Es vital que tus pequeños aprendan a irse a la cama por sí solos, sin tu asistencia. Para ello, debes guiarles en el proceso de crear sus propias rutinas de sueño.
Todos, sin excepción, nos tenemos que someter a ciertas rutinas en nuestro día a día. Para los niños, la rutina de la hora de dormir es muy importante, por lo que deben seguirla cada día y sin que les resulte tediosa. ¿Qué tal dejarles disfrutar de un baño con juguetes, lavarse los dientes y por último escuchar un cuento? Al final, la hora de dormir se convertirá en una de sus partes favoritas del día.
Es de vital importancia que tus hijos descansen lo suficiente por lo que debes mandarlos a la cama a una hora temprana, que puede ser levemente ajustada en los fines de semana.
Está bien que les leas un cuento o que se tomen un baño relajante antes de ir a la cama, pero otras actividades que necesiten de energía les provocarán un retraso del sueño. Deben realizar tareas relajantes una hora antes de dormir.
Si hacen sus tareas entre una y dos horas después de llegar a casa, tus pequeños tendrán todo el tiempo del mundo para cenar y luego relajarse con otras actividades antes de irse a dormir.
Los niños sienten mucha ansiedad cuando existe un conflicto con sus progenitores, lo cual les dificultará irse a la cama a tiempo. ¡Intenta resolver cualquier discusión antes de la hora de dormir!
Si a tu hijo le preocupa algo, debes hacer que lo escriba en el papel antes de irse a dormir. Luego, puedes decirle que su problema está encerrado en esa hoja hasta que se despierte.
Dile a tus hijos que el atrapasueños puede librarles de su cansancio y de las pesadillas. Esto les mantendrá serenos y se sentirán seguros.
Leer es una de las formas más eficientes de alcanzar el sueño. ¡Demostrado! Sin embargo, evita que utilicen dispositivos electrónicos en la cama.
Los cuentos infantiles, con una narrativa calmada y alegre, son la mejor opción para esta hora del día. Recuerda que tus hijos no deben leer historias especialmente complejas o trepidantes, pues estas acabarían por desvelarles aún más.
Decirle a tus hijos que estás orgulloso de ellos y recordarles sus cualidades les ayudará a relajarse y a sentirse bien antes de ir a dormir.
Si tus hijos duerme toda la noche sin interrupciones, recompénsales con un buen desayuno que contenga alguno de sus alimentos favoritos.
Si tus hijos consiguen mantener una racha de noches tranquilas y sin desvelos puedes darles un pequeño incentivo.
Hay muchas razones por las que debemos ser afectuosos con nuestros hijos: el cariño les hará ser más felices, sentirse más amados y... ¡dormir mejor y más tranquilos!
Los niños necesitan correr y gastar energía para llegar a la cama con ganas de dormir.
La cola y el chocolate contienen cafeína, por lo que debes evitar su consumo, especialmente unas horas antes de dormir.
El brillo y los sonidos de estos dispositivos nos mantienen activos y nos alejan del sueño. Asegúrate que tus hijos no utilizan estos dispositivos en horas de sueño.
Además de verse expuestos a todo tipo de contenido inadecuado, la rutina de sueño de tus hijos se vería seriamente comprometida.
Es mejor que la digestión se complete fuera del horario de sueño, para que nuestro cuerpo esté más relajado en la cama. Acostumbra a tus hijos a cenar antes de las ocho de la tarde.
Si tus hijos insisten en que tienen hambre y es casi hora de ir a dormir, déjales comer un poco de cereales. Este alimento contiene triptófano, un aminoácido que les ayudará a dormir.
Un vaso de leche caliente es el mejor amigo del sueño. ¡Tómate uno con tus hijos!
Si ir a la cama está siendo más complicado de lo habitual puedes optar por la medicina natural para ayudarles a dormir.
El té de camomila es una bebida natural que ayudará a tus hijos a dormir. ¿Por qué no haces la prueba?
Un baño caliente hará que los pequeños deseen ir a la cama. Añade algo de aceite de lavanda o camomila para aumentar el poder relajante.
Los niños necesitan sentirse en un ambiente familiar y que estés cerca. Dejarles tu almohada, que huele a ti, les hará dormir mejor. Truco: rocía un poquito de tu perfume en la almohada.
No solo es ideal para su salud, sino también para su sueño. Las dietas saludables son las que mejor nos ayudan a dormir.
Tus hijos necesitan pan integral, cereales, frijoles, nueces, verduras, leche, fruta, maíz y yogurt natural.
El problema con las siestas es que tus hijos no estarán lo suficientemente cansados luego.
Algunos pequeños prefieren la oscuridad para dormir, mientras que otros se sienten más protegidos con una luz de noche. Pregúntale a tus hijos qué prefieren y actúa acorde a sus necesidades!
Algunas personas creen que una cama que apunte al sur mejorará el sueño. ¡Pregúntale a tus hijos si quieren cambiar de lugar la cama!
Es esencial que la cama de tus hijos esté a una temperatura lo suficientemente cálida como para que disfruten de una buena noche de sueño.
Decorar la habitación de tus hijos con colores neutrales tendrá un efecto calmante en ellos, lo cual les ayudará a dormir.
Intenta minimizar el tiempo que ellos pasan en su habitación que no sea para dormir. En su cerebro debería existir una asociación muy fuerte entre estar en su cuarto y dormir.
Deja que entre aire fresco en su habitación y asegúrate de que no existan olores desagradables.
Una temperatura de 18 ºC es perfecta para ir a dormir: tus pequeños no sentirán ni mucho calor ni mucho frío durante la noche.
Asegúrate de que no existen ruidos que molesten a tus pequeños durante las horas de sueño. Cuidado también con el estruendo producido en el interior del hogar (cocinando, limpiando, viendo la televisión, etc).
Nunca somos demasiado jóvenes como para practicar yoga. Iniciar a tus hijos en esta actividad a una edad temprana les ayudará a estar más relajados y a dormir mejor.
Tus hijos deben aprender que, en caso de ansiedad, una de las mejores herramientas es nuestra propia respiración. ¡Enséñales desde jóvenes!
Acompaña a tus hijos hasta que se duerman. Enséñales a relajarse con técnicas que tú conozcas (cuenta regresiva, ovejas, etc).
¡Demuéstrale a tus hijos que la música relajada puede afectar a su mentalidad y ayudarles a la hora de conciliar el sueño!
Como con el yoga, nadie es demasiado joven para meditar. ¡Enséñales a gozar de un estado mental de calma antes de ir a dormir!
¿Qué mejor forma de relajarse que con un masaje? Los niños también disfrutan de estos cuidados personalizados: dales un masaje para dejarlos completamente preparados para el sueño.
¿Sabes tocar la guitarra o algún otro instrumento? Siéntate junto a la cama de tus peques y toca alguna canción lenta y relajante hasta que se duerman.
Ellos deben saber que es normal despertarse en mitad de la noche y que eso no significa que algo esté mal. Pueden dormirse otra vez sin preocupaciones. ¿Por qué no les cuentas ejemplos personales?
Ahora que ya practican yoga, meditación y que saben que leer o escuchar música tranquila les relaja, déjales escoger el método que más les guste para dormir.
Dile a tus hijos que estás orgulloso/a cuando demuestren que pueden controlar su propio sueño y sepan escoger el mejor método para ello.
Asegúrate de que saben lidiar con el problema y de que están lo suficientemente cómodos como para preguntar cualquier duda que tengan.
Tus ánimos llevan a tus hijos en volandas. Asegúrate de que ellos saben que tú crees en lo que hacen. ¡No te decepcionarán!
Si tus hijos salen de la cama y vienen a buscarte, la mejor técnica es la de llevarles de vuelta a la cama sin mediar mucha comunicación. De esta forma, ellos comprenderán que salir de la cama no les beneficiará en nada.
Si tus hijos creen que se están perdiendo algo por irse a la cama... actúa desinteresadamente con ellos durante la noche. Al aburrirse, desecharán la idea de que están mejor levantados que en la cama.
En algún momento, tus hijos aprenderán que su cuerpo incluye su propio reloj. Conversa con ellos y definid juntos las mejores horas de cama para ellos.
Los niños se sienten más seguros con un peluche de su lado. Si se despiertan de repente o se sienten asustados, la presencia de su pequeño amigo les dará valor.
Si dejas agua o zumo cerca de su cama te asegurarás de que no saldrán de la cama cuando tengan sed durante la noche.
Puedes optar por un vaso de agua con varias gotas de extracto de camomila. Puedes contarle que ese vaso les hará dormir enseguida... ¡y a esperar al efecto placebo!
Si tus hijos tienen problemas para dormir, pídeles que escriban las razones. Mañana deberéis repasarlas juntos y solucionarlas.
Ya sea con la alarma, con la luz natural o con una lámpara, acostumbrar a tu hijo a despertarse a la misma hora le ayudará a aguantar las rutinas del colegio y el instituto cuando sea mayor.
Diles a tus hijos que el sueño huele a camomila o lavanda. Luego impregna un paño con estos aromas y ponlo debajo de sus almohadas.
La mejor forma de hacer que tus hijos se sientan apreciados es darles alguna recompensa.
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Nota: Galería inspirada en la información de Parent4success.
Con estos trucos, tus hijos dormirán a pierna suelta
¡Caerán rendidos!
SALUD Familia
Dormir es extremadamente importante para nuestra salud y para la de nuestros hijos. No obstante, algunos niños tienen dificultades para quedarse dormidos y esta situación puede llegar a provocar desórdenes de todo tipo en la vida familiar: sueño durante todo el día, noches agitadas, malestar en los niños, bajada de rendimiento en nuestros empleos, etc.
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