La mayoría dependemos del café para ponernos en marcha cada mañana, pero no es la única bebida o alimento con cafeína que consumimos a lo largo del día. Si recurrimos a él cuando falta poco para ir a la cama, es probable que nuestro descanso se vea comprometido. ¿Quieres saber más sobre el culpable de que te cueste pegar ojo por las noches? ¡Haz clic para seguir leyendo!
Hay una leyenda del siglo IX que dice que la primera persona en descubrir el café fue un cabrero en los bosques de la meseta etíope.
El cabrero, Kaldi, se fijó en que sus cabras parecían tener más energía tras comer de un cierto árbol, hasta el punto de que no lograban dormir por las noches.
Kaldi compartió la información con un monasterio local, donde usaron el árbol para elaborar una bebida y probarla ellos mismos. El conocimiento de su potencial se propagó desde allí.
En el siglo XV, el comercio del café estaba muy boyante en la península arábiga, en especial en lo que hoy en día es Yemen. Este acabó extendiéndose por toda la región con el paso del tiempo.
Aunque por aquel entonces se podía consumir en casa, muchos disfrutaban de esta bebida en las casas de café, las cuales acabaron por convertirse en espacios sociales de gran importancia.
En el siglo XVII, la moda de consumir "vino de Arabia" se estaba volviendo cada vez más popular, pero no todos lo veían con buenos ojos.
De hecho, muchos recelaban de sus efectos, lo que hizo que se refiriesen al café como "el amargo invento de Satán".
No fue hasta que el papa Clemente VIII probó el café y le gustó que su consumo pasó a estar aprobado y, por lo tanto, aceptado por la sociedad.
En el siglo XIX, el café ya era uno de los productos comerciales más rentables del mundo, llegando a convertirse en un básico imprescindible de los espacios laborales y estudiantiles.
Hoy en día, los estudios demuestran que la mayoría de adultos consume algún tipo de comida o bebida energética a diario.
Aunque la vinculemos al café, la cafeína es una sustancia natural presente en muchas plantas, como las hojas de té, el cacao (imagen), etc.
Su versión sintética a veces se añade a algunos medicamentos por sus propiedades antiinflamatorias y también es normal incluirla en las bebidas energéticas, cada vez más populares.
El consumo de cafeína puede provocar algunos efectos secundarios indeseados como el dolor de cabeza o el nerviosismo.
Los estudios demuestran que la cafeína también puede afectar al descanso nocturno, sobre todo si se consume por la tarde.
La Sleep Foundation denuncia que casi el 90% de quienes consumen cafeína por la tarde con regularidad suele tener al menos un problema para dormir.
Esto se debe a que la cafeína es un estimulante natural del sistema nervioso central, de ahí que pueda ser tan beneficiosa por las mañanas.
A lo largo del día, el cuerpo humano produce adenosina, la cual se va acumulando de manera gradual y hace que nos sintamos adormilados cuando es hora de ir a la cama. Alcanza su punto más alto cuando más sueño tenemos.
La cafeína bloquea los receptores de adenosina y evita que nos entre el sueño. Esto significa que el cerebro suele estar más activo de la cuenta, lo que hace que nos cueste más quedarnos dormidos o mantenernos despiertos.
Por lo tanto, cuando consumimos cafeína muy tarde, sus efectos estimulantes influyen en nuestro descanso nocturno. Algunas personas son más sensibles a ellos que otras.
Además de ser malo para la salud, cuanto peor dormimos, más dependemos de la cafeína durante el día.
Por lo tanto, puede ser un círculo vicioso difícil de vencer. Cuanta más cafeína consumimos, menos dormimos. Cuanto menos dormimos, más cafeína necesitamos para rendir durante el día.
Los expertos recomiendan no consumir productos con cafeína ocho horas antes de ir a la cama.
No todos respondemos a la cafeína igual, por lo que lo mejor que puedes hacer es adaptar su consumo a tu nivel de sensibilidad en lo que a la metabolización de la cafeína se refiere.
Si eres muy sensible a la cafeína, una pequeña dosis por la mañana podría ser suficiente para alterar tu sueño por la noche.
La mayoría de expertos recomienda limitar su consumo, ya que no dormir bien supone un grave riesgo para la salud.
En primer lugar, dormir mal afecta a nuestro tiempo de reacción y nos altera el estado de ánimo, haciendo que seamos más irritables.
En segundo lugar, hoy en día sabemos que la calidad del sueño es un indicador de salud. Cuanto peor dormimos, mayor riesgo corremos de desarrollar problemas como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
No hay forma de recuperar el sueño perdido. Ninguna dosis de cafeína sustituirá nunca a una buena noche de descanso.
En lugar de tomarte una taza de café por la tarde, plantéate recurrir a otras alternativas como mantener una buena higiene del sueño, hacer deporte con regularidad o echarte una siesta corta si nada más funciona.
Fuentes: (about coffee) (Sleep Foundation) (Atlantic Health)
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SALUD Café
La mayoría dependemos del café para ponernos en marcha cada mañana, pero no es la única bebida o alimento con cafeína que consumimos a lo largo del día. Si recurrimos a él cuando falta poco para ir a la cama, es probable que nuestro descanso se vea comprometido. ¿Quieres saber más sobre el culpable de que te cueste pegar ojo por las noches? ¡Haz clic para seguir leyendo!