Los burros, a los que a menudo se tilda de testarudos, son en realidad animales inteligentes, cariñosos e increíblemente resistentes, con una rica historia y rasgos únicos. Estas resistentes criaturas, originarias de regiones áridas, han servido a los humanos durante miles de años como leales trabajadores y compañeros. Desde sus sonoros rebuznos y sus expresivas orejas hasta sus sorprendentes recuerdos, los burros están llenos de entrañables sorpresas.
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Los burros salvajes viven en desiertos y sabanas del norte de África, Oriente Próximo y la Península Arábiga. Están hechos para prosperar en entornos secos y escarpados con un mínimo de comida y agua.
Los burros domésticos viven en todo el mundo. Prefieren los climas cálidos y secos y suelen utilizarse para transportar cargas, vigilar el ganado y producir leche en las comunidades rurales.
Las distintas regiones tienen sus propias razas de burros. El burro abisinio (foto) se cría en Etiopía, mientras que el burro de Anatolia es común en Turquía. Las razas varían en tamaño, color y temperamento.
Los burros son animales sociales que viven en manadas fluidas. Es decir, las manadas cambian a menudo de miembros y se reorganizan cuando es necesario.
Las manadas salvajes suelen estar lideradas por un macho dominante, llamado jack. Se aparea con varias hembras (jennies), aunque algunas manadas pueden incluir machos sumisos pacíficamente.
Los burros descansan durante las horas más calurosas del día. Son más activos al amanecer y al atardecer, y se desplazan y pastan en las horas más frescas.
Los burros se alimentan principalmente de hierba, matojos y plantas del desierto. Utilizan los labios para agarrar las plantas y luego las trituran con sus dientes chatos, ideales para su dieta dura y fibrosa.
Los burros comen hasta 2,722 kg de comida al año. Los burros asilvestrados pueden pastar en exceso y amenazar la fauna autóctona al consumir grandes cantidades de vegetación local.
Los burros pueden reproducirse con caballos y cebras, produciendo híbridos como mulas (foto), burdéganos y zonos. Estas crías suelen ser estériles y no pueden reproducirse.
Las burras tienen un largo periodo de gestación de unos 12 meses. Suelen parir un potro al año, que puede ponerse en pie a los 30 minutos de nacer.
Los potros se destetan a los cinco meses y pueden reproducirse a los dos años. Al nacer, pesan entre 8,6 y 13,6 kilos y empiezan a mamar casi de inmediato.
Los burros domésticos suelen adiestrarse para proteger a ovejas y cabras. Forman vínculos con su rebaño y lo defienden agresivamente de depredadores como coyotes o perros.
Cuando se sienten amenazados, los burros pueden rebuznar, pisotear o incluso morder. Esto los convierte en eficaces guardianes naturales del ganado menor, especialmente cuando se crían en pastos.
Los burros tienen pezuñas más pequeñas y erguidas que los caballos. Sus fuertes patas les permiten sortear terrenos rocosos e irregulares con estabilidad y minimizando las lesiones.
Los burros utilizan su fuerte rebuzno, que a menudo se oye a una distancia de hasta 97 km, para comunicar angustia, identificar a otros o llamar a su manada en grandes espacios abiertos.
Las grandes orejas de los burros les ayudan a oír mejor y a regular el calor. Los vasos sanguíneos de sus orejas ayudan a enfriar sus cuerpos en climas cálidos, actuando como aires acondicionados naturales.
Lo que parece terquedad en los burros suele ser inteligencia y cautela. Evalúan los riesgos antes de avanzar, sobre todo cuando se enfrentan a situaciones desconocidas o peligrosas.
Los burros tienen una memoria excelente. Pueden recordar lugares, tareas e incluso personas o animales al cabo de muchos años, lo que demuestra su capacidad de aprendizaje y memoria a largo plazo.
Los burros suelen ser tranquilos y curiosos. Si se les trata con delicadeza, se vuelven cariñosos y establecen relaciones sólidas y de confianza con sus cuidadores humanos.
Los burros salvajes y domésticos suelen revolcarse en la tierra seca para repeler los parásitos, refrescarse y aliviar el picor. Es un comportamiento de aseo natural y saludable.
Los burros son sensibles a las emociones humanas y saben comportarse de forma tranquila ante personas angustiadas. Por eso son excelentes candidatos para la terapia y el apoyo emocional.
Los burros utilizan expresiones faciales para comunicar su estado de ánimo y su dolor. Los investigadores han desarrollado incluso una "escala de muecas de burro" para ayudar a identificar cuándo estos animales se encuentran mal.
Los burros son extremadamente eficientes en la conservación del agua. Pueden rehidratarse rápidamente después de beber y a menudo sobreviven en entornos secos donde otros animales tendrían dificultades.
Los burros miniatura, originarios de Sicilia y Cerdeña, miden naturalmente menos de 91 cm de altura. El más bajo registrado es Ottie, de 48 cm, aunque no está reconocido oficialmente por el Récord Guinness.
El kiang vive en regiones de gran altitud como China, Nepal, Bután y el norte de Pakistán, donde pasta en la escasa vegetación de montaña.
El asno de Poitou, desarrollado en la Francia del siglo XVIII, es conocido por su pelaje largo y similar a las rastas. Aunque estuvo a punto de extinguirse, se está recuperando gracias a la conservación y a la cría privada en toda Europa.
Los burros son animales longevos, que suelen alcanzar los 25 o 30 años de edad. Con unos cuidados excelentes, algunos pueden vivir más de 40 años, sobre todo en entornos domésticos con una alimentación y un cobijo adecuados.
En las civilizaciones antiguas, los burros eran esenciales para el transporte de mercancías, la agricultura e incluso el deporte, como demuestran las pruebas arqueológicas de polo asnal en las antiguas tumbas chinas.
Millones de burros están en peligro debido al exceso de trabajo, el abandono y el comercio mundial de pieles. Santuarios y grupos de defensa de los animales trabajan para proteger su bienestar en todo el mundo.
Fuentes: (Live Science) (Horse and Hound) (BBC) (Treehugger)
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Mucho más que tercos: adorables datos sobre los burros
Desde su origen hasta su comportamiento único
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Los burros, a los que a menudo se tilda de testarudos, son en realidad animales inteligentes, cariñosos e increíblemente resistentes, con una rica historia y rasgos únicos. Estas resistentes criaturas, originarias de regiones áridas, han servido a los humanos durante miles de años como leales trabajadores y compañeros. Desde sus sonoros rebuznos y sus expresivas orejas hasta sus sorprendentes recuerdos, los burros están llenos de entrañables sorpresas.
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