





























© Shutterstock
0 / 30 Fotos
Origen salvaje
- Los burros salvajes viven en desiertos y sabanas del norte de África, Oriente Próximo y la Península Arábiga. Están hechos para prosperar en entornos secos y escarpados con un mínimo de comida y agua.
© Shutterstock
1 / 30 Fotos
Trabajadores en todo el mundo
- Los burros domésticos viven en todo el mundo. Prefieren los climas cálidos y secos y suelen utilizarse para transportar cargas, vigilar el ganado y producir leche en las comunidades rurales.
© Shutterstock
2 / 30 Fotos
Razas regionales
- Las distintas regiones tienen sus propias razas de burros. El burro abisinio (foto) se cría en Etiopía, mientras que el burro de Anatolia es común en Turquía. Las razas varían en tamaño, color y temperamento.
© Shutterstock
3 / 30 Fotos
Sociales pero flexibles
- Los burros son animales sociales que viven en manadas fluidas. Es decir, las manadas cambian a menudo de miembros y se reorganizan cuando es necesario.
© Shutterstock
4 / 30 Fotos
Liderazgo del rebaño
- Las manadas salvajes suelen estar lideradas por un macho dominante, llamado jack. Se aparea con varias hembras (jennies), aunque algunas manadas pueden incluir machos sumisos pacíficamente.
© Shutterstock
5 / 30 Fotos
Rutina diaria
- Los burros descansan durante las horas más calurosas del día. Son más activos al amanecer y al atardecer, y se desplazan y pastan en las horas más frescas.
© Shutterstock
6 / 30 Fotos
La hierba es lo importante
- Los burros se alimentan principalmente de hierba, matojos y plantas del desierto. Utilizan los labios para agarrar las plantas y luego las trituran con sus dientes chatos, ideales para su dieta dura y fibrosa.
© Shutterstock
7 / 30 Fotos
Gran apetito
- Los burros comen hasta 2,722 kg de comida al año. Los burros asilvestrados pueden pastar en exceso y amenazar la fauna autóctona al consumir grandes cantidades de vegetación local.
© Shutterstock
8 / 30 Fotos
Híbridos
- Los burros pueden reproducirse con caballos y cebras, produciendo híbridos como mulas (foto), burdéganos y zonos. Estas crías suelen ser estériles y no pueden reproducirse.
© Shutterstock
9 / 30 Fotos
Largo embarazo
- Las burras tienen un largo periodo de gestación de unos 12 meses. Suelen parir un potro al año, que puede ponerse en pie a los 30 minutos de nacer.
© Shutterstock
10 / 30 Fotos
Crecimiento rápido
- Los potros se destetan a los cinco meses y pueden reproducirse a los dos años. Al nacer, pesan entre 8,6 y 13,6 kilos y empiezan a mamar casi de inmediato.
© Shutterstock
11 / 30 Fotos
Guardianes de ganado
- Los burros domésticos suelen adiestrarse para proteger a ovejas y cabras. Forman vínculos con su rebaño y lo defienden agresivamente de depredadores como coyotes o perros.
© Shutterstock
12 / 30 Fotos
Instinto protector
- Cuando se sienten amenazados, los burros pueden rebuznar, pisotear o incluso morder. Esto los convierte en eficaces guardianes naturales del ganado menor, especialmente cuando se crían en pastos.
© Shutterstock
13 / 30 Fotos
Pezuñas planas, patas fuertes
- Los burros tienen pezuñas más pequeñas y erguidas que los caballos. Sus fuertes patas les permiten sortear terrenos rocosos e irregulares con estabilidad y minimizando las lesiones.
© Shutterstock
14 / 30 Fotos
Rebuzno
- Los burros utilizan su fuerte rebuzno, que a menudo se oye a una distancia de hasta 97 km, para comunicar angustia, identificar a otros o llamar a su manada en grandes espacios abiertos.
© Shutterstock
15 / 30 Fotos
Orejas grandes, cabezas frías
- Las grandes orejas de los burros les ayudan a oír mejor y a regular el calor. Los vasos sanguíneos de sus orejas ayudan a enfriar sus cuerpos en climas cálidos, actuando como aires acondicionados naturales.
© Shutterstock
16 / 30 Fotos
No son tan tercos
- Lo que parece terquedad en los burros suele ser inteligencia y cautela. Evalúan los riesgos antes de avanzar, sobre todo cuando se enfrentan a situaciones desconocidas o peligrosas.
© Shutterstock
17 / 30 Fotos
Mentes despiertas
- Los burros tienen una memoria excelente. Pueden recordar lugares, tareas e incluso personas o animales al cabo de muchos años, lo que demuestra su capacidad de aprendizaje y memoria a largo plazo.
© Shutterstock
18 / 30 Fotos
Tranquilos
- Los burros suelen ser tranquilos y curiosos. Si se les trata con delicadeza, se vuelven cariñosos y establecen relaciones sólidas y de confianza con sus cuidadores humanos.
© Shutterstock
19 / 30 Fotos
Baños de polvo
- Los burros salvajes y domésticos suelen revolcarse en la tierra seca para repeler los parásitos, refrescarse y aliviar el picor. Es un comportamiento de aseo natural y saludable.
© Shutterstock
20 / 30 Fotos
Conciencia emocional
- Los burros son sensibles a las emociones humanas y saben comportarse de forma tranquila ante personas angustiadas. Por eso son excelentes candidatos para la terapia y el apoyo emocional.
© Shutterstock
21 / 30 Fotos
Comunicación facial
- Los burros utilizan expresiones faciales para comunicar su estado de ánimo y su dolor. Los investigadores han desarrollado incluso una "escala de muecas de burro" para ayudar a identificar cuándo estos animales se encuentran mal.
© Shutterstock
22 / 30 Fotos
Conservación del agua
- Los burros son extremadamente eficientes en la conservación del agua. Pueden rehidratarse rápidamente después de beber y a menudo sobreviven en entornos secos donde otros animales tendrían dificultades.
© Shutterstock
23 / 30 Fotos
Hay burros enanos
- Los burros miniatura, originarios de Sicilia y Cerdeña, miden naturalmente menos de 91 cm de altura. El más bajo registrado es Ottie, de 48 cm, aunque no está reconocido oficialmente por el Récord Guinness.
© Shutterstock
24 / 30 Fotos
Primos asiáticos
- El kiang vive en regiones de gran altitud como China, Nepal, Bután y el norte de Pakistán, donde pasta en la escasa vegetación de montaña.
© Shutterstock
25 / 30 Fotos
El impresionante burro peludo de Poitou
- El asno de Poitou, desarrollado en la Francia del siglo XVIII, es conocido por su pelaje largo y similar a las rastas. Aunque estuvo a punto de extinguirse, se está recuperando gracias a la conservación y a la cría privada en toda Europa.
© Shutterstock
26 / 30 Fotos
Longevidad de los burros
- Los burros son animales longevos, que suelen alcanzar los 25 o 30 años de edad. Con unos cuidados excelentes, algunos pueden vivir más de 40 años, sobre todo en entornos domésticos con una alimentación y un cobijo adecuados.
© Shutterstock
27 / 30 Fotos
Importancia histórica
- En las civilizaciones antiguas, los burros eran esenciales para el transporte de mercancías, la agricultura e incluso el deporte, como demuestran las pruebas arqueológicas de polo asnal en las antiguas tumbas chinas.
© Shutterstock
28 / 30 Fotos
Necesidad de protección
- Millones de burros están en peligro debido al exceso de trabajo, el abandono y el comercio mundial de pieles. Santuarios y grupos de defensa de los animales trabajan para proteger su bienestar en todo el mundo. Fuentes: (Live Science) (Horse and Hound) (BBC) (Treehugger) No te pierdas: Los animales más pequeños de cada especie
© Shutterstock
29 / 30 Fotos
© Shutterstock
0 / 30 Fotos
Origen salvaje
- Los burros salvajes viven en desiertos y sabanas del norte de África, Oriente Próximo y la Península Arábiga. Están hechos para prosperar en entornos secos y escarpados con un mínimo de comida y agua.
© Shutterstock
1 / 30 Fotos
Trabajadores en todo el mundo
- Los burros domésticos viven en todo el mundo. Prefieren los climas cálidos y secos y suelen utilizarse para transportar cargas, vigilar el ganado y producir leche en las comunidades rurales.
© Shutterstock
2 / 30 Fotos
Razas regionales
- Las distintas regiones tienen sus propias razas de burros. El burro abisinio (foto) se cría en Etiopía, mientras que el burro de Anatolia es común en Turquía. Las razas varían en tamaño, color y temperamento.
© Shutterstock
3 / 30 Fotos
Sociales pero flexibles
- Los burros son animales sociales que viven en manadas fluidas. Es decir, las manadas cambian a menudo de miembros y se reorganizan cuando es necesario.
© Shutterstock
4 / 30 Fotos
Liderazgo del rebaño
- Las manadas salvajes suelen estar lideradas por un macho dominante, llamado jack. Se aparea con varias hembras (jennies), aunque algunas manadas pueden incluir machos sumisos pacíficamente.
© Shutterstock
5 / 30 Fotos
Rutina diaria
- Los burros descansan durante las horas más calurosas del día. Son más activos al amanecer y al atardecer, y se desplazan y pastan en las horas más frescas.
© Shutterstock
6 / 30 Fotos
La hierba es lo importante
- Los burros se alimentan principalmente de hierba, matojos y plantas del desierto. Utilizan los labios para agarrar las plantas y luego las trituran con sus dientes chatos, ideales para su dieta dura y fibrosa.
© Shutterstock
7 / 30 Fotos
Gran apetito
- Los burros comen hasta 2,722 kg de comida al año. Los burros asilvestrados pueden pastar en exceso y amenazar la fauna autóctona al consumir grandes cantidades de vegetación local.
© Shutterstock
8 / 30 Fotos
Híbridos
- Los burros pueden reproducirse con caballos y cebras, produciendo híbridos como mulas (foto), burdéganos y zonos. Estas crías suelen ser estériles y no pueden reproducirse.
© Shutterstock
9 / 30 Fotos
Largo embarazo
- Las burras tienen un largo periodo de gestación de unos 12 meses. Suelen parir un potro al año, que puede ponerse en pie a los 30 minutos de nacer.
© Shutterstock
10 / 30 Fotos
Crecimiento rápido
- Los potros se destetan a los cinco meses y pueden reproducirse a los dos años. Al nacer, pesan entre 8,6 y 13,6 kilos y empiezan a mamar casi de inmediato.
© Shutterstock
11 / 30 Fotos
Guardianes de ganado
- Los burros domésticos suelen adiestrarse para proteger a ovejas y cabras. Forman vínculos con su rebaño y lo defienden agresivamente de depredadores como coyotes o perros.
© Shutterstock
12 / 30 Fotos
Instinto protector
- Cuando se sienten amenazados, los burros pueden rebuznar, pisotear o incluso morder. Esto los convierte en eficaces guardianes naturales del ganado menor, especialmente cuando se crían en pastos.
© Shutterstock
13 / 30 Fotos
Pezuñas planas, patas fuertes
- Los burros tienen pezuñas más pequeñas y erguidas que los caballos. Sus fuertes patas les permiten sortear terrenos rocosos e irregulares con estabilidad y minimizando las lesiones.
© Shutterstock
14 / 30 Fotos
Rebuzno
- Los burros utilizan su fuerte rebuzno, que a menudo se oye a una distancia de hasta 97 km, para comunicar angustia, identificar a otros o llamar a su manada en grandes espacios abiertos.
© Shutterstock
15 / 30 Fotos
Orejas grandes, cabezas frías
- Las grandes orejas de los burros les ayudan a oír mejor y a regular el calor. Los vasos sanguíneos de sus orejas ayudan a enfriar sus cuerpos en climas cálidos, actuando como aires acondicionados naturales.
© Shutterstock
16 / 30 Fotos
No son tan tercos
- Lo que parece terquedad en los burros suele ser inteligencia y cautela. Evalúan los riesgos antes de avanzar, sobre todo cuando se enfrentan a situaciones desconocidas o peligrosas.
© Shutterstock
17 / 30 Fotos
Mentes despiertas
- Los burros tienen una memoria excelente. Pueden recordar lugares, tareas e incluso personas o animales al cabo de muchos años, lo que demuestra su capacidad de aprendizaje y memoria a largo plazo.
© Shutterstock
18 / 30 Fotos
Tranquilos
- Los burros suelen ser tranquilos y curiosos. Si se les trata con delicadeza, se vuelven cariñosos y establecen relaciones sólidas y de confianza con sus cuidadores humanos.
© Shutterstock
19 / 30 Fotos
Baños de polvo
- Los burros salvajes y domésticos suelen revolcarse en la tierra seca para repeler los parásitos, refrescarse y aliviar el picor. Es un comportamiento de aseo natural y saludable.
© Shutterstock
20 / 30 Fotos
Conciencia emocional
- Los burros son sensibles a las emociones humanas y saben comportarse de forma tranquila ante personas angustiadas. Por eso son excelentes candidatos para la terapia y el apoyo emocional.
© Shutterstock
21 / 30 Fotos
Comunicación facial
- Los burros utilizan expresiones faciales para comunicar su estado de ánimo y su dolor. Los investigadores han desarrollado incluso una "escala de muecas de burro" para ayudar a identificar cuándo estos animales se encuentran mal.
© Shutterstock
22 / 30 Fotos
Conservación del agua
- Los burros son extremadamente eficientes en la conservación del agua. Pueden rehidratarse rápidamente después de beber y a menudo sobreviven en entornos secos donde otros animales tendrían dificultades.
© Shutterstock
23 / 30 Fotos
Hay burros enanos
- Los burros miniatura, originarios de Sicilia y Cerdeña, miden naturalmente menos de 91 cm de altura. El más bajo registrado es Ottie, de 48 cm, aunque no está reconocido oficialmente por el Récord Guinness.
© Shutterstock
24 / 30 Fotos
Primos asiáticos
- El kiang vive en regiones de gran altitud como China, Nepal, Bután y el norte de Pakistán, donde pasta en la escasa vegetación de montaña.
© Shutterstock
25 / 30 Fotos
El impresionante burro peludo de Poitou
- El asno de Poitou, desarrollado en la Francia del siglo XVIII, es conocido por su pelaje largo y similar a las rastas. Aunque estuvo a punto de extinguirse, se está recuperando gracias a la conservación y a la cría privada en toda Europa.
© Shutterstock
26 / 30 Fotos
Longevidad de los burros
- Los burros son animales longevos, que suelen alcanzar los 25 o 30 años de edad. Con unos cuidados excelentes, algunos pueden vivir más de 40 años, sobre todo en entornos domésticos con una alimentación y un cobijo adecuados.
© Shutterstock
27 / 30 Fotos
Importancia histórica
- En las civilizaciones antiguas, los burros eran esenciales para el transporte de mercancías, la agricultura e incluso el deporte, como demuestran las pruebas arqueológicas de polo asnal en las antiguas tumbas chinas.
© Shutterstock
28 / 30 Fotos
Necesidad de protección
- Millones de burros están en peligro debido al exceso de trabajo, el abandono y el comercio mundial de pieles. Santuarios y grupos de defensa de los animales trabajan para proteger su bienestar en todo el mundo. Fuentes: (Live Science) (Horse and Hound) (BBC) (Treehugger) No te pierdas: Los animales más pequeños de cada especie
© Shutterstock
29 / 30 Fotos
Mucho más que tercos: adorables datos sobre los burros
Desde su origen hasta su comportamiento único
© Shutterstock
Los burros, a los que a menudo se tilda de testarudos, son en realidad animales inteligentes, cariñosos e increíblemente resistentes, con una rica historia y rasgos únicos. Estas resistentes criaturas, originarias de regiones áridas, han servido a los humanos durante miles de años como leales trabajadores y compañeros. Desde sus sonoros rebuznos y sus expresivas orejas hasta sus sorprendentes recuerdos, los burros están llenos de entrañables sorpresas.
Haz clic aquí para conocer algunos datos adorables y fascinantes que demuestran por qué los burros merecen mucho más amor y aprecio.
RECOMENDADO PARA TI

Lo más leído
- ÚLTIMo día
- HORA
- SEMANA
© 2025 Stars Insider. Todos los derechos reservados.