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Juicios inusuales
- En la Edad Media, se sometía a los animales (desde plagas de insectos hasta cerdos domesticados) a juicios legales si se consideraba que habían cometido algún perjuicio contra los humanos.
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Naturaleza dual
- Durante esta época, existían dos tipos de juicios a animales. Las cortes seculares tradicionales lidiaban con los casos aislados (p. ej. un animal de granja que había herido a alguien), mientras que los juicios religiosos trataban las plagas de ratas o langostas.
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Excomunión espiritual
- A pesar de que la Iglesia católica consideraba que los animales carecían de alma, a veces se los excomulgaba en los juicios religiosos. Aunque no contaban con el respaldo del clero, estos rituales se celebraban para satisfacer la fe pública en la justicia divina.
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Contra la Iglesia
- Muchos de estos juicios a animales eran rituales que combinaban magia, espiritualidad y doctrina eclesiástica para excomulgar a las criaturas y limpiar la ciudad, todo ello para darle a las personas la esperanza de que sus problemas hubiesen quedado resueltos. Como era de esperar, la Iglesia no lo veía con buenos ojos.
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Una plétora de registros medievales
- Los historiadores han encontrado alrededor de 200 registros medievales de juicios a animales. El primero se celebró a mediados del siglo XIII y fue una mezcla de ley, religión y folclore.
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Varias especies
- Muchos de los animales que acababan en el banquillo eran domésticos, desde toros hasta caballos e incluso vacas. Si estos lisiaban o mataban a un civil, se los solía juzgar.
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Plagas
- Además de los mamíferos domésticos, las ratas y langostas también eran sometidas a juicio, a pesar de que en este caso era más por el espectáculo. Los animales individuales declarados culpables eran sentenciados a muerte, pero no era tan fácil librarse de los insectos y alimañas.
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Un espectáculo comunitario
- Los juicios a animales eran un acontecimiento público basado en un largo y detallado procedimiento legal en el que incluso se asignaban abogados defensores a los animales acusados. Aunque el veredicto no aportarse ninguna solución práctica, las comunidades medievales se tomaban estos procesos muy en serio.
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Los famosos juicios a cerdos
- Los cerdos solían ser los más juzgados dada su proximidad a los humanos y su capacidad para herirlos. Estos juicios solían culminar con la ejecución del animal como si de una persona se tratase.
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La cerda de Savigny
- En diciembre de 1457, una cerda fue condenada a muerte en el pueblo francés de Savigny después de que sus seis lechones se alborotasen y matasen a un niño.
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10 / 30 Fotos
Por partida doble
- Como el pueblo estaba decidido a vengarse, el amo del cerdo también fue acusado de negligencia. El animal fue condenado a muerte y se lo colgó por las patas, una práctica habitual en la época.
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Bajo la guillotina
- Sin embargo, colgar al animal por las patas era una de las formas de ejecución más banales de la época, ya que a algunas criaturas se las sometía a las mismas leyes que a los humanos y, por lo tanto, a los mismos castigos (p. ej. la hoguera o la decapitación).
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Domesticación
- En la Edad Media, solo la élite podía cazar animales como los ciervos. Esto significaba que la carne era muy cara, pero los cerdos eran una fuente de alimento recurrente. Los jabalíes también se cazaban y se usaban para encontrar trufas.
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Animales ferales
- Los cerdos domésticos eran una fuente de comida y los jabalíes una presa común para los cazadores. Pero la naturaleza medio salvaje de los cerdos medievales hacía que estos fuesen propensos a los accidentes, a veces mortales para los humanos.
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Simbolismo - En la Edad Media, los cerdos simbolizaban el sustento y se utilizaban de varias formas, en ocasiones incluso para tratar problemas de piel, estómago o articulaciones.
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Huchas
- En la Europa medieval, los cerdos se veían como una fuente de prosperidad y abundancia. Por lo tanto, no es de extrañar que el simbolismo perdurase y llegase hasta nuestros días en forma de huchas.
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Folclore y leyenda
- La importancia de los cerdos también queda reflejada en el mito y el folclore. Los juicios a los que eran sometidos han quedado plasmados tanto en la literatura medieval como en las representaciones cinematográficas modernas.
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"The Hour of the Pig"
- The Hour of the Pig es una película de 1993 que gira en torno al juicio a un cerdo y al abogado que debe defenderlo.
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Un abogado real
- La figura del abogado está inspirada Barthélemy de Chasseneuz, un jurista real que defendió a unas ratas juzgadas en Francia por destruir unas cosechas.
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19 / 30 Fotos
Popularidad
- El primer juicio a animales del que se tiene constancia se celebró en 1266 en Fontenay-aux-Roses, a las afueras de París. Para el siglo XV, esto se había convertido en una práctica establecida tanto en Normandía como en Isla de Francia.
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Expansión por Europa
- Tras extenderse a las regiones francesas de Borgoña, Lorena, Picardía y Champaña, los juicios a animales también empezaron a celebrarse en Italia, Alemania y Países Bajos.
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Un patrón de legalidad
- Muchos de los juicios a animales seguían el mismo ritmo y las mismas pautas. Una vez se los arrestaba y se presentaban los cargos formales, se los encarcelaba hasta que un juez o alguacil oyese sus casos. Casi siempre se los declaraba culpables.
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22 / 30 Fotos
Modernidad
- Actualmente se suele culpar a los animales de los daños cometidos contra los humanos. Por ejemplo, es habitual sacrificar a los perros que muerden. La única diferencia es que ya no se celebra un juicio para determinar el veredicto.
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23 / 30 Fotos
Culpabilidad
- Tampoco se los juzga porque, al carecer de raciocinio, no pueden actuar de mala fe. Por lo tanto, tampoco se les puede declarar culpables de ningún crimen.
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24 / 30 Fotos
Neglicencia
- Las leyes modernas dictan que, si un animal ataca a una persona por negligencia de su dueño o cuidador, esta persona será la responsable de lo ocurrido y la acusada de negligencia.
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La delgada línea entre animales y humanos
- En la Edad Media las cosas no funcionaban así. Aunque a los humanos también se los acusaba de negligencia, a los animales se los condenaba a muerte. Las creencias populares lo empeoraban, ya que conferían a las criaturas de propiedades antropomórficas (es decir, se les atribuían características humanas).
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Poder y control
- Estos juicios a animales también servían para reafirmar el sentimiento de poder y dominancia que las personas buscaban ejercer sobre el mundo natural. Que un animal hiriese a alguien se consideraba una amenaza al control humano, por lo que los juicios ayudaban a restablecerlo.
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27 / 30 Fotos
Un ritual de restablecimiento
- Si alguien perdía a un hijo por acción de un animal, era normal que se sintiese sobrepasado por el dolor y por la incertidumbre de la vida. Los juicios ayudaban a creer que el orden de la humanidad en el universo se podía restablecer por medio de rituales.
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28 / 30 Fotos
Una tirita
- Pero, a fin de cuentas, los juicios a animales no eran más que una tirita para las personas. Aunque habría sido mucho más simple sacrificar al animal que había provocado el daño, los juicios legales ayudaban a las personas a recibir algún tipo de retribución (aunque el chivo expiatorio no entendiese lo que estaba pasando). Fuentes: (TheCollector) (History Today) (Britannica) No te pierdas: ¡Sus antepasados participaron en los juicios de Salem!
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Juicios inusuales
- En la Edad Media, se sometía a los animales (desde plagas de insectos hasta cerdos domesticados) a juicios legales si se consideraba que habían cometido algún perjuicio contra los humanos.
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Naturaleza dual
- Durante esta época, existían dos tipos de juicios a animales. Las cortes seculares tradicionales lidiaban con los casos aislados (p. ej. un animal de granja que había herido a alguien), mientras que los juicios religiosos trataban las plagas de ratas o langostas.
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Excomunión espiritual
- A pesar de que la Iglesia católica consideraba que los animales carecían de alma, a veces se los excomulgaba en los juicios religiosos. Aunque no contaban con el respaldo del clero, estos rituales se celebraban para satisfacer la fe pública en la justicia divina.
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Contra la Iglesia
- Muchos de estos juicios a animales eran rituales que combinaban magia, espiritualidad y doctrina eclesiástica para excomulgar a las criaturas y limpiar la ciudad, todo ello para darle a las personas la esperanza de que sus problemas hubiesen quedado resueltos. Como era de esperar, la Iglesia no lo veía con buenos ojos.
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Una plétora de registros medievales
- Los historiadores han encontrado alrededor de 200 registros medievales de juicios a animales. El primero se celebró a mediados del siglo XIII y fue una mezcla de ley, religión y folclore.
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Varias especies
- Muchos de los animales que acababan en el banquillo eran domésticos, desde toros hasta caballos e incluso vacas. Si estos lisiaban o mataban a un civil, se los solía juzgar.
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Plagas
- Además de los mamíferos domésticos, las ratas y langostas también eran sometidas a juicio, a pesar de que en este caso era más por el espectáculo. Los animales individuales declarados culpables eran sentenciados a muerte, pero no era tan fácil librarse de los insectos y alimañas.
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Un espectáculo comunitario
- Los juicios a animales eran un acontecimiento público basado en un largo y detallado procedimiento legal en el que incluso se asignaban abogados defensores a los animales acusados. Aunque el veredicto no aportarse ninguna solución práctica, las comunidades medievales se tomaban estos procesos muy en serio.
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Los famosos juicios a cerdos
- Los cerdos solían ser los más juzgados dada su proximidad a los humanos y su capacidad para herirlos. Estos juicios solían culminar con la ejecución del animal como si de una persona se tratase.
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La cerda de Savigny
- En diciembre de 1457, una cerda fue condenada a muerte en el pueblo francés de Savigny después de que sus seis lechones se alborotasen y matasen a un niño.
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Por partida doble
- Como el pueblo estaba decidido a vengarse, el amo del cerdo también fue acusado de negligencia. El animal fue condenado a muerte y se lo colgó por las patas, una práctica habitual en la época.
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Bajo la guillotina
- Sin embargo, colgar al animal por las patas era una de las formas de ejecución más banales de la época, ya que a algunas criaturas se las sometía a las mismas leyes que a los humanos y, por lo tanto, a los mismos castigos (p. ej. la hoguera o la decapitación).
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Domesticación
- En la Edad Media, solo la élite podía cazar animales como los ciervos. Esto significaba que la carne era muy cara, pero los cerdos eran una fuente de alimento recurrente. Los jabalíes también se cazaban y se usaban para encontrar trufas.
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Animales ferales
- Los cerdos domésticos eran una fuente de comida y los jabalíes una presa común para los cazadores. Pero la naturaleza medio salvaje de los cerdos medievales hacía que estos fuesen propensos a los accidentes, a veces mortales para los humanos.
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Simbolismo - En la Edad Media, los cerdos simbolizaban el sustento y se utilizaban de varias formas, en ocasiones incluso para tratar problemas de piel, estómago o articulaciones.
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Huchas
- En la Europa medieval, los cerdos se veían como una fuente de prosperidad y abundancia. Por lo tanto, no es de extrañar que el simbolismo perdurase y llegase hasta nuestros días en forma de huchas.
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Folclore y leyenda
- La importancia de los cerdos también queda reflejada en el mito y el folclore. Los juicios a los que eran sometidos han quedado plasmados tanto en la literatura medieval como en las representaciones cinematográficas modernas.
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"The Hour of the Pig"
- The Hour of the Pig es una película de 1993 que gira en torno al juicio a un cerdo y al abogado que debe defenderlo.
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Un abogado real
- La figura del abogado está inspirada Barthélemy de Chasseneuz, un jurista real que defendió a unas ratas juzgadas en Francia por destruir unas cosechas.
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Popularidad
- El primer juicio a animales del que se tiene constancia se celebró en 1266 en Fontenay-aux-Roses, a las afueras de París. Para el siglo XV, esto se había convertido en una práctica establecida tanto en Normandía como en Isla de Francia.
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Expansión por Europa
- Tras extenderse a las regiones francesas de Borgoña, Lorena, Picardía y Champaña, los juicios a animales también empezaron a celebrarse en Italia, Alemania y Países Bajos.
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Un patrón de legalidad
- Muchos de los juicios a animales seguían el mismo ritmo y las mismas pautas. Una vez se los arrestaba y se presentaban los cargos formales, se los encarcelaba hasta que un juez o alguacil oyese sus casos. Casi siempre se los declaraba culpables.
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Modernidad
- Actualmente se suele culpar a los animales de los daños cometidos contra los humanos. Por ejemplo, es habitual sacrificar a los perros que muerden. La única diferencia es que ya no se celebra un juicio para determinar el veredicto.
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Culpabilidad
- Tampoco se los juzga porque, al carecer de raciocinio, no pueden actuar de mala fe. Por lo tanto, tampoco se les puede declarar culpables de ningún crimen.
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Neglicencia
- Las leyes modernas dictan que, si un animal ataca a una persona por negligencia de su dueño o cuidador, esta persona será la responsable de lo ocurrido y la acusada de negligencia.
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La delgada línea entre animales y humanos
- En la Edad Media las cosas no funcionaban así. Aunque a los humanos también se los acusaba de negligencia, a los animales se los condenaba a muerte. Las creencias populares lo empeoraban, ya que conferían a las criaturas de propiedades antropomórficas (es decir, se les atribuían características humanas).
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Poder y control
- Estos juicios a animales también servían para reafirmar el sentimiento de poder y dominancia que las personas buscaban ejercer sobre el mundo natural. Que un animal hiriese a alguien se consideraba una amenaza al control humano, por lo que los juicios ayudaban a restablecerlo.
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Un ritual de restablecimiento
- Si alguien perdía a un hijo por acción de un animal, era normal que se sintiese sobrepasado por el dolor y por la incertidumbre de la vida. Los juicios ayudaban a creer que el orden de la humanidad en el universo se podía restablecer por medio de rituales.
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Una tirita
- Pero, a fin de cuentas, los juicios a animales no eran más que una tirita para las personas. Aunque habría sido mucho más simple sacrificar al animal que había provocado el daño, los juicios legales ayudaban a las personas a recibir algún tipo de retribución (aunque el chivo expiatorio no entendiese lo que estaba pasando). Fuentes: (TheCollector) (History Today) (Britannica) No te pierdas: ¡Sus antepasados participaron en los juicios de Salem!
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Casos insólitos de animales juzgados en la Edad Media
Posiblemente una de las prácticas más extrañas de la Antigüedad
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La Edad Media fue una época de costumbres inauditas, pero pocas fueron tan extrañas como los juicios a animales. Desde cerdos acusados de asesinato hasta plagas excomulgadas por la Iglesia, estos particulares procedimientos legales nos ayudan a hacernos una idea de lo peculiares que eran la ley, la religión y la cultura por aquel entonces. Motivadas por el deseo de poner orden en mitad del caos, las comunidades medievales sentaban en el banquillo a animales de todo tipo y los trataban como si fuesen unos miembros más de la sociedad. ¿Pero por qué se consideraban válidos estos juicios? ¿Cuáles eran los veredictos? Si quieres saberlo, ¡haz clic para seguir leyendo!
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