© Shutterstock

Semillas de lino marrones -

Las semillas de lino, uno de los cultivos más antiguos que existen, son ricas en proteína, fibra y ácidos grasos omega 3. Las hay de dos tipos, marrones y doradas, y ambos son igual de nutritivos.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

Las semillas de lino marrones son estupendas para tomar con yogur. Las molidas también pueden espolvorearse sobre los cereales y utilizarse como alternativa a la harina de trigo.

© Shutterstock 

Semillas de lino doradas -

Las semillas de lino doradas tienen más ácidos grasos poliinsaturados que las marrones. Estas últimas, sin embargo, son ligeramente más ricas en ácidos grasos omega 3 (59% vs. 51%).

© Shutterstock

Cómo incorporarlas a la dieta -

El aceite de linaza puede echarse a los batidos o utilizarse como sustituto de otros aceites para elaborar panes y pasteles. También es un condimento muy sabroso, por lo que te recomendamos que la combines con una crema de requesón y cebollino.

© Shutterstock 

Semillas de chía -

Ricas en minerales, antioxidantes, fibra y ácidos grasos omega 3, las semillas de chía son increíblemente beneficiosas para la salud.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

Una de las formas más sencillas de incorporarlas a la dieta es echárselas al agua o al zumo. Si quieres ser un poco más creativo, puedes echar un puñado por encima de una de ensalada de aguacate, queso feta y hierbas o añadirlas a un revuelto para darle textura.

© Shutterstock 

Semillas de calabaza -

Las semillas de calabaza son una gran fuente de hierro, grasas insaturadas y betacarotenos.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

Las semillas de calabaza son un tentempié estupendo, pero también puedes utilizarlas como ingrediente principal para galletas. Incluso puedes tostarlas y echárselas a una deliciosa crema de calabaza para darle más textura y hacer que sea aún más saludable.

© Shutterstock 

Semillas de girasol -

Las semillas de girasol son ricas en cinc y ácido fólico. También tienen un alto nivel de calcio, hierro, magnesio y vitamina E.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

Las semillas de girasol pueden combinarse con las verduras, usarse para elaborar pesto y pan, etc. Nosotros te sugerimos que las combines con copos de almendra y que las utilices como acompañamiento de unos deliciosos muffins de zanahoria y canela.

© Shutterstock 

Semillas de cáñamo -

Las semillas de cáñamo de la planta Cannabis sativa son ricas en grasas saludables como el omega 3, el omega 6 y los ácidos grasos. También son una excelente fuente de nutrientes, ya que rebosan cinc, magnesio y antioxidantes. Ten en cuenta que la fibra de cáñamo contiene unas cantidades insignificantes de tetrahidrocannabinol (THC) y que su consumo es seguro según la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

Si llevas una dieta rica en frutas y verduras, te encantará esta deliciosa tostada de pan de centeno con aguacate, rúcula y semillas de calabaza, cáñamo y sésamo.

© Shutterstock 

Semillas de sésamo -

Todas las variedades de semillas de sésamo son extremadamente nutritivas, ya que son ricas en fibra, vitamina B, minerales y antioxidantes, entre otras cosas.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

Puedes preparar un tahini cremoso con semillas de sésamo sin cáscara tostadas y molidas. También puedes echárselas por encima al salmón para darle un toque crujiente.

© Shutterstock 

Arroz silvestre -

El arroz silvestre en realidad es una semilla con propiedades hipolipemiantes que, además, tiene 30 veces más antioxidantes que el arroz blanco.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlo a la dieta -

El arroz silvestre combina de maravilla con las frutas, sobre todo con el limón, las pasas y el albaricoque, así como con una amplia variedad de verduras como el apio, la cebolleta y la zanahoria. Nuestra recomendación es que prepares una ensalada de arroz blanco y silvestre con hierbas y champiñones. ¡Ñam!

© Shutterstock 

Semillas de granada -

Ricas en fibra y ácidos grasos, las semillas de granada (la parte comestible de la fruta) contienen antioxidantes y flavonoides que ayudan a combatir los radicales libres que dañan las células.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

Estas semillas tan versátiles combinan estupendamente con todo tipo de platos, sobre todo los postres. También vienen de maravilla para darles un chute de energía a los batidos. ¿Por qué no pruebas a preparar un plato de col rizada fresca con garbanzos asados y una mezcla de almendras tostadas y semillas de granada?

© Shutterstock 

Quinoa -

Las semillas de la planta Chenopodium quinoa rebosan proteína, aminoácidos, fibra, hierro, cobre, tiamina y vitamina B6.

© Shutterstock 

Cómo incorporarla a la dieta -

La quinoa es un alimento estupendo, ya que combina igual de bien con una ensalada que con un pastel de carne. De hecho, le da un chute de vitaminas a cualquier plato. La quinoa puede ser roja, blanca o negra. ¡Incluso hay una que combina todos los colores! Al ser un ingrediente tan versátil, puedes preparar una infinidad de elaboraciones con él. Por ejemplo, esta cacerola de arroz, calabaza y queso lleva quinoa blanca, la cual remata la sinfonía de colores y sabores.

© Shutterstock 

Piñones -

Los piñones son las semillas comestibles de los pinos. Son ricos en proteína, fibra, ácidos grasos insaturados y otros nutrientes como la vitamina E, la K y el cinc.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlos a la dieta -

Asados o tostados, los piñones son un tentempié estupendo para cualquier momento del día. Son un ingrediente esencial en muchos platos italianos como el pesto, por lo que puedes utilizarlos para preparar unos deliciosos espaguetis con tomate seco.

© Shutterstock 

Semillas de amapola -

Las semillas de amapola son una gran fuente de proteína y fibra alimentaria. También son ricas en vitaminas y minerales esenciales como el calcio, el hierro y el magnesio.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

En grano o molidas, las semillas de amapola pueden utilizarse en una gran variedad de elaboraciones. Por lo general, suelen servir como decoración de panes y pasteles, aunque también pueden utilizarse como ingrediente.

© Shutterstock 

Semillas de alfalfa -

Con un alto nivel de vitamina B, C, D y E y una amplia variedad de proteínas y minerales, las semillas de alfalfa son un poderoso antioxidante.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

Cuando brotan, se convierten en un ingrediente supersaludable que le da un toque fresco y crujiente a las ensaladas y los sándwiches. Nosotros te recomendamos que las pruebes con una ensalada de pomelo aderezada con clavo. Ah, ¡y con unas semillas de calabaza!

© Shutterstock 

Semillas de mostaza -

Las semillas de mostaza, que pueden ser desde amarillas hasta negras, son ricas en antioxidantes como el selenio y son una gran fuente de vitaminas, sobre todo C y K.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

La mostaza es uno de los condimentos más populares y extendidos del mundo. Suele combinarse con carnes, verduras y quesos, aunque también se utiliza como ingrediente para elaborar aderezos, salsas, sopas, etc. ¿Acaso este filete de lomo de cerdo con salsa de miel y mostaza no tiene una pinta estupenda?

© Shutterstock 

Comino negro -

Rico en fibra bruta, aminoácidos, hierro, sodio, calcio y potasio, el comino negro es una gran fuente de antioxidantes.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlo a la dieta -

Con un aroma similar al hinojo y un sabor que recuerda al de la nuez moscada, el comino negro requiere un cierto conocimiento de cocina para usarse como es debido. Puedes echárselo a un revuelto de verduras o a unas galletitas saladas de harina de espelta acompañadas de queso.

© Shutterstock 

Semillas de cardo mariano -

Las semillas de cardo mariano tienen una gran concentración de silimarina, un grupo de componentes del que se dice que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

© Shutterstock 

Cómo incorporarlas a la dieta -

El aceite de semillas de cardo mariano protege las células del hígado contra los químicos tóxicos. También se utiliza para fortalecer el cabello, ya que refuerza las raíces. A nivel culinario, las semillas de cardo mariano pueden utilizarse en sándwiches o echarse a la harina para darle un sabor semejante al de los frutos secos. También combina de maravilla con los postres a base de leche, las ensaladas, las sopas y las salsas.

Fuentes: (The Linseed Farm) (FDA) (Healthline)

No te pierdas: Mejora tu salud intestinal con estos sabrosos alimentos

© Shutterstock