Jamás te avergüences de esto - La vergüenza es uno de los mayores obstáculos que existen para disfrutar de algunas de las mejores cosas de la vida. Nos roba tiempo, daña nuestra autoestima y, por si fuera poco, nos convierte en una versión de nosotros mismos que no se corresponde con la realidad. En esta galería hacemos un repaso de todas aquellas cosas por las que deberías dejar de avergonzarte. ¡Adelante!

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Sudar -

Está demostrado que los productos y procedimientos para reducir la sudoración pueden ser muy peligrosos para la salud. Aun así, la gente sigue usándolos porque le da apuro sudar, una reacción totalmente normal que nos ayuda a regular nuestra temperatura corporal.

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Decir "no" -

La gente tiende a ser demasiado exigente, sobre todo en ciertos contextos sociales. Recuerda que tienes derecho a decir que no, ya sea para negarte a acortar tus vacaciones, a ir a una cita a ciegas o a cualquier otra cosa que no te haga sentir cómodo.

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Tener vello -

La industria de la depilación se lucra de nuestro miedo infundado a mostrar que tenemos vello corporal. Esto no siempre fue así, pero pocas personas lo saben o se acuerdan. Si quieres saber más sobre los orígenes de la depilación, haz clic aquí.

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Tener flatulencias delante de tu pareja -

Si no podéis quereros y asumir que las flatulencias son algo que ocurre, puede que no estéis tan unidos como creíais.

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Cometer errores -

Nadie es perfecto, pero aun así nos morimos de vergüenza cuando metemos la pata. ¡Lo importante es aprender de los errores!

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Ir a lo barato -

Aunque tengas dinero, recuerda que no tienes por qué gastarlo. Al fin y al cabo, ¡no te ha caído del cielo! Tú decides en qué invertirlo.

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Confesar tus sentimientos -

Solo porque te dé miedo que te rechacen, no deberías callarte lo que sientes. ¿Y si la otra persona resulta ser el amor de tu vida?

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Tus experiencias sexuales -

Cada persona vive el sexo de una manera y no hay nada de lo que avergonzarse. No todo el mundo lo descubre a la misma edad ni tiene la mismas preferencias, por lo que todo tiene sus pros y sus contras.

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Viejos recuerdos -

Todos hemos pasado por momentos vergonzosos que nos mantienen en vilo por la noche, ¡pero el pasado pasado está! Además, lo más probable es que nadie excepto tú se acuerde de ello.

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No estar casado todavía -

Tanto si tienes pareja como si no, seguro que ya has sentido la presión social de darte el "sí, quiero" con alguien. ¡No todo el mundo quiere casarse y no pasa nada!

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Llorar en público -

O llorar y punto. Todos tenemos un límite y a veces nos vemos superados por las circunstancias. En lugar de preocuparte por el qué dirán, acepta tus emociones y dales rienda suelta. ¡Luego te sentirás mucho mejor!

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No comprar nada -

Por algún motivo, a todos nos preocupa llamar la atención si nos vamos de una tienda con las manos vacías, ¡pero es perfectamente comprensible no encontrar nada que te guste! También es normal preguntar por el precio de algo o probar ropa y aun así no comprar nada.

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Tener la regla -

La menstruación sigue siendo un tema tabú en muchos lugares, de ahí que algunas personas sigan escondiendo los tampones y las comprensas. ¿Hasta cuándo vamos a fingir que la mitad de la población mundial tiene la regla una vez al mes?

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Repetirte -

Esto pasa muy a menudo, ya sea porque hablas demasiado bajo o porque la otra persona no oye bien. ¡No hay nada de lo que avergonzarse!

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Que te suene el estómago -

¿Qué hay de malo en que el cuerpo haga notar que necesita comida o que algo no anda bien? Este tipo de ruidos son completamente involuntarios, por lo que no tiene sentido avergonzarse de ellos.

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Dar la vuelta e ir por otro camino -

Si ves que estás yendo por el camino equivocado o te das cuenta de que se te ha olvidado algo, ¡da la vuelta y listo! ¿A quién no le ha pasado alguna vez?

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Hacerte pruebas -

Esto no solo es ridículo, sino también peligroso. Ir a hacerse pruebas de forma regular no significa que tengas una ITS, sino que eres un adulto maduro y responsable que se toma su salud y la de sus compañeros sexuales en serio.

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No meter la compra rápido en las bolsas -

Si a ti también se te disparan las pulsaciones al intentar meter los productos en las bolsas antes de que el cajero se ponga a atender a la siguiente persona, no te preocupes: es algo muy habitual.

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Ponerte malo -

Todo el mundo cae enfermo de vez en cuando. Siempre y cuando evites propagar el virus y cuides de ti mismo, no hay nada de lo que avergonzarse.

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Llevar el paquete de papel higiénico en la mano -

¡Todos vamos al baño! Y, para ser sinceros, es mucho más bochornoso no usar papel en absoluto...

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Tener enfermedades mentales -

El estigma que rodea a las enfermedades mentales hace que muchas personas decidan callárselo. De la misma forma que irías al médico y avisarías en el trabajo si te rompieses un brazo, no pasa nada por decir que necesitas ayuda psicológica.

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Seguir tus sueños -

No seguir el camino educativo establecido puede hacer que las reuniones familiares sean una auténtica pesadilla, pero lo importante es que hagas aquello que te hace verdaderamente feliz. ¡No le debes explicaciones a nadie!

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Que te canten el "Cumpleaños feliz" -

Algunas personas detestan ser el centro de atención el día de su cumpleaños. ¡Céntrate en disfrutar del momento y en celebrar una vuelta más alrededor del Sol!

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Devolver algo -

A veces la vergüenza depende del tipo de producto que quieres devolver o de la reacción del dependiente. Sea como fuere, recuerda que es algo meramente transaccional. Mientras tengas el recibo de la compra, no tienes que dar explicaciones.

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Sufrir acoso -

Desde pequeños se nos enseña a sentirnos avergonzados si alguien se mete con nosotros y es algo que arrastramos hasta la edad adulta. Plantarle cara a quienes te hacen la vida imposible no significa que seas débil, sino todo lo contrario: quiere decir que tienes el valor suficiente como para acabar con el problema de una vez por todas.

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Tu cultura o tus tradiciones -

Tanto si llevas una comida diferente a la oficina como si te pones una ropa diferente, tu cultura no debería ser motivo de vergüenza.

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Saber cosas de alguien por redes sociales -

Las redes sociales ofrecen mucha información sobre las personas, así que si ya sabes algo sobre alguien, evita hacerte el sorprendido: ¡probablemente será más vergonzoso que admitir que ya estabas al tanto!

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Olvidar el nombre de alguien -

¿A quién no le ha pasado esto alguna vez? En lugar de recurrir a fórmulas apelativas extrañas, simplemente pídele a la persona que te recuerde su nombre.

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Ganar o perder peso -

En primer lugar, nadie debería hacer comentarios sobre el peso de otras personas. En segundo, el cuerpo perfecto no existe y la belleza es un constructo social. ¡Todos los cuerpos son diferentes y no deberían ser motivo de vergüenza!

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Encontrarte a alguien en un restaurante -

Encontrarse con alguien por ahí no debería ser motivo de vergüenza, ¡así que ya va siendo hora de que dejemos de reaccionar de esta forma!

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Abrir tarjetas con dinero dentro -

¿Alguna vez has intentado fijarte en el mensaje de la tarjeta e ignorar el hecho de que había dinero dentro? ¡No estás solo!

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Decir la verdad -

¡Decir la verdad nunca debería ser motivo de vergüenza!

Fuentes: (MensXP) (Bored Panda) 

Ver también: ¿Por qué nos creemos las mentiras?

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