Cómo evitar errores a la hora de comunicarte - Seguro que en más de una ocasión has hablado con alguien y te has ido sintiendo que la otra persona no ha terminado de entender lo que querías decir. Los problemas de comunicación no siempre son desastrosos, pero sí pueden ser muy frustrantes, ¡sobre todo en el trabajo! Si quieres aprender a expresarte con claridad y evitar los malentendidos en la medida de lo posible, ¡esta galería es para ti!

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Piensa antes de hablar -

Un consejo de toda la vida, pero no por ello menos cierto. Antes de entablar una conversación, pon en orden tus ideas y prepara lo que quieres decir.

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Piensa antes de hablar -

Si sueles irte por las ramas, haz una lista de ideas para no desviarte. Recuerda que el tono y la actitud con los que hablas también son importantes a la hora de transmitir información.

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Llama la atención de la otra persona -

Si no consigues captar la atención del receptor, lo más probable es que no se entere de lo que le estás contando. Antes de hablar, asegúrate de que la otra persona te está prestando toda su atención y entendiendo lo que le dices.

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Llama la atención de la otra persona -

Si el receptor parece distraído o pendiente de otros asuntos, valora mantener una conversación en otro momento más oportuno.

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No des nada por sentado -

Algunas cosas pueden parecerte obvias, pero no todos tienen la misma percepción. Ten esto en cuenta cuando hables con alguien y asegúrate de despejar cualquier duda que pueda tener.

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No des nada por sentado -

Esto es especialmente importante si el receptor no habla tu idioma con fluidez. Si ves que no está entendiendo lo que dices, prueba a reformular la frase.

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Sé amable -

Al hablar con otras personas, es importante ser abierto, honesto y amable. Usa palabras sencillas y cordiales para que los demás te entiendan sin problemas.

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Sé amable -

Siempre que puedas, evita el sarcasmo. Aunque tu intención sea buena, lo más probable es que la otra persona no se lo tome bien.

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Comprueba si se ha entendido lo que querías decir -

De vez en cuando conviene preguntar si las personas a las que te estás dirigiendo entienden lo que estás queriendo expresar. De esta forma, se sentirán lo suficientemente cómodas como para hacer preguntas.

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Comprueba si se ha entendido lo que querías decir -

También es buena idea acabar tu intervención con un resumen de los temas que has abordado. Las otras personas pueden aprovechar ese momento para transmitirte sus dudas.

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Haz un seguimiento -

Tómate tu tiempo para hacer un seguimiento del tema que has estado tratando con otra persona. Por ejemplo, si le has enviado un correo, puedes enviarle otro preguntándole cómo van las cosas y si tiene alguna pregunta.

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Haz un seguimiento -

Este paso es especialmente importante si crees que puede haber malentendidos. Aprovecha la oportunidad para aclarar cualquier cosa que no se haya entendido a la primera.

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Aprende a interpretar el lenguaje corporal - Una parte muy importante de la comunicación es saber escuchar, lo que a su vez está ligado con saber interpretar el lenguaje corporal.

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Aprende a interpretar el lenguaje corporal -

Intenta mirar a la persona a los ojos cuando hables y presta atención a su postura y expresiones faciales para ver si notas alguna incoherencia.

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Escucha con atención -

También es importante escuchar atentamente a quien está hablando, de esta forma la otra persona sentirá que le están entendiendo.

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Escucha con atención -

Evita cualquier distracción y no te adelantes al interlocutor.

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No interrumpas -

No interrumpas a quien está hablando. De esta forma, la persona verá que estás interesado en el tema y que estás prestando atención.

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No interrumpas -

Si tienes la manía de interrumpir a los demás, puede que acaben por no compartir toda la información contigo por mera frustración.

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Haz preguntas -

Cuando la persona termine de hablar, hazle todas las preguntas que necesites para asegurarte de que lo has entendido todo.

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Haz preguntas -

Si se te ocurre una pregunta mientras la persona aún está hablando, apúntala y transmítesela cuando acabe.

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Envía correos -

La comunicación escrita tiene la ventaja de que se puede repasar. Si, por ejemplo, quieres enviar un correo electrónico, puedes preparar un borrador y revisarlo cuantas veces estimes oportuno.

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Envía correos -

Si quieres enviar una invitación por correo electrónico, prepara un borrador y después revísalo para ver si este incluye toda la información necesaria.

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Sé breve y conciso -

Por norma, cuantas menos palabras utilices, mejor. Un correo electrónico demasiado largo o elaborado puede hacer que las personas se sientan abrumadas y confundidas.

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Sé breve y conciso -

Si redactar correos largos está en tu ADN, entonces intenta escribir al principio la información más importante, ya que la gente tiende a leer en diagonal cuando hay mucho texto de por medio.

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Céntrate en un solo tema -

En un correo electrónico, lo ideal es abordar un solo tema para evitar líos innecesarios.

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Céntrate en un solo tema -

Si necesitas tratar varios temas en un solo correo, asegúrate de separarlos adecuadamente (p. ej., con una lista numerada).

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Ve al grano -

Y, por último, no te andes por las ramas y hables de cosas que no vienen a cuento. ¡Lo primero es lo primero!

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Ve al grano -

Ve al grano de forma directa pero educada. Las bromas y cumplidos no son estrictamente necesarios, aunque puntualmente pueden ser bien recibidos.

Fuentes: (WikiHow)

Ver también: Lo que tus compañeros de trabajo detestan de ti

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